El concierto de Ed Sheeran celebrado el viernes en el estadio Cívitas Metropolitano ha generado una fuerte polémica entre los vecinos de la zona, que aseguran haber sufrido niveles de ruido muy por encima de lo permitido. Varios residentes han compartido vídeos en redes sociales donde se escucha con claridad el espectáculo a más de 300 metros del recinto, lo que indica que se podrían haber superado los 55 decibelios permitidos en horario nocturno por la ordenanza municipal.
Canillejas, a unos 500 metros del Metropolitano. ¿Merecemos vivir así? pic.twitter.com/icC4SuAWBC @RuidoBernabeu @AlmeidaPP_ @CecSbc @AV_Musas_Rosas @MarotoReyes @MasMadrid__ @oscar_puente_ @RuidoSalesianos
— Ruido Metropolitano (@RuidoAtleti) May 31, 2025
La situación se produce en un contexto de creciente malestar vecinal en distintas zonas de Madrid por los ruidos generados por eventos masivos en recintos deportivos. Tras la suspensión de conciertos en el estadio Santiago Bernabéu debido a protestas ciudadanas, el Atlético de Madrid ha acogido numerosos espectáculos previstos inicialmente para el coliseo blanco, como los de Aitana, Lola Índigo o el ya anunciado macroevento de Bad Bunny en 2026, con 10 conciertos previstos.
El Bernabéu, vetado; el Metropolitano, cuestionado
El caso del Metropolitano se suma así a la controversia que hace meses rodeó al Santiago Bernabéu, que desde el verano pasado no celebra conciertos por orden judicial tras las demandas de plataformas vecinales que lograron suspenderlos por exceso de ruido. Lo llamativo es que, en este nuevo escenario, no se ha constituido una plataforma formal contra los conciertos en el estadio rojiblanco, a pesar de que los niveles de ruido denunciados son similares o incluso superiores.
El beneficio económico para el Atlético de Madrid no es menor: entre 12 y 15 millones de euros solo por estos conciertos, mientras que el Real Madrid ve paralizada su actividad extradeportiva en su estadio recientemente reformado.
Verano de alta tensión
Lo sucedido con el concierto de Ed Sheeran puede ser solo un adelanto de lo que está por venir. La programación de eventos musicales en el Metropolitano no ha hecho más que comenzar y se espera un verano repleto de actuaciones con un impacto sonoro significativo en la zona. El macroevento de Bad Bunny, previsto para atraer a más de 600.000 personas en 2026, está ahora en el punto de mira.
Mientras tanto, los vecinos afectados por el concierto de Sheeran se preguntan si tendrán la capacidad de ejercer una presión similar a la que logró frenar los espectáculos en el Bernabéu o si, como sugieren algunas voces críticas, la normativa se aplica de forma desigual según el promotor del evento.
La ciudad de Madrid se enfrenta a un reto normativo y de convivencia: cómo compatibilizar la celebración de grandes espectáculos con el descanso y bienestar de los ciudadanos. El conflicto está servido y, si no se actúa con claridad, los decibelios pueden acabar marcando la agenda política y judicial del verano madrileño.