La intervención transformará el acceso norte de la ciudad con más zonas verdes, túneles y movilidad sostenible.
El próximo 1 de julio comenzarán oficialmente las obras para el soterramiento del tramo final del paseo de la Castellana, una de las actuaciones urbanísticas más ambiciosas que afronta Madrid en la presente legislatura. Así lo anunció este jueves la vicealcaldesa Inma Sanz, quien detalló que el proyecto incluirá importantes mejoras sobre el diseño original, con una inversión final de 110 millones de euros, tras añadir actuaciones complementarias valoradas en 9,8 millones.
La intervención afectará a la zona norte del paseo de la Castellana, desde la intersección con Sinesio Delgado hasta el entorno del hospital de La Paz, conectando de forma subterránea con el Nudo Norte y otras vías clave como la M-30, M-607, A-1 y M-11. El túnel principal contará con tres carriles en sentido sur-norte y cuatro en sentido contrario, lo que permitirá canalizar el tráfico bajo rasante y liberar superficie para zonas peatonales y espacios verdes.
Movilidad mejorada y carriles reservados
Entre las principales novedades anunciadas por Sanz se encuentran las mejoras en materia de movilidad, como la inclusión de más paradas de autobús en sentido sur-norte y la creación de un carril bus específico en sentido norte-sur, lo que contribuirá a minimizar las afecciones durante las obras. También se han mejorado elementos técnicos relacionados con la impermeabilización, señalización y revestimiento de los túneles.
Además de los accesos principales, el túnel incorporará nuevas rampas de entrada y salida desde vías estratégicas como Sinesio Delgado, Monforte de Lemos y los accesos al área de Chamartín, garantizando así la conectividad local con el Nudo Norte sin perder la funcionalidad del viario actual.
Segundo túnel para Madrid Nuevo Norte
El Ayuntamiento aprovechará esta gran operación urbana para construir un segundo túnel que enlazará el futuro desarrollo de Madrid Nuevo Norte con el barrio de Begoña, aunque este no entrará en funcionamiento hasta que comiencen las obras del nuevo barrio, previsiblemente en primavera de 2025, con finalización estimada en primavera de 2027.
Según explicó la vicealcaldesa, la ejecución anticipada de esta infraestructura evitará molestias futuras tanto a los vecinos como al conjunto de la ciudad.
Una superficie verde de más de 70.000 metros cuadrados
Uno de los pilares del proyecto será la renaturalización del espacio urbano, con la creación de 70.000 metros cuadrados de superficie peatonal y zonas ajardinadas. El diseño paisajístico incluye una plaza central libre de obstáculos, una colina con gradas para actividades al aire libre, una fuente con juegos de agua y una gran pérgola monumental en el extremo norte del ámbito.
Se plantarán más de mil árboles y 38.000 arbustos, con un pinar urbano que combinará vegetación existente y nuevas especies. Elementos de mobiliario urbano, como bancos, papeleras y fuentes de beber, se integrarán bajo una arboleda perimetral que proporcionará sombra y cohesión al conjunto.