Más de un centenar de organizaciones ecologistas, animalistas y ciudadanas han tomado este domingo las calles del centro de Madrid para reclamar la protección estricta del lobo ibérico. Bajo el lema “Lobo vivo y protegido”, la manifestación ha reunido a unas 1.500 personas según la Delegación del Gobierno —varios miles según los organizadores— con el objetivo de exigir la reincorporación inmediata de esta especie al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y el fin de las batidas autorizadas en comunidades como Cantabria y Asturias.
La marcha, encabezada por una gran figura de un lobo aullando, partió de la calle Atocha y concluyó en la Puerta del Sol, coreando consignas como “Ni un tiro más, ni un lobo menos” o “Matar lobos no es la solución”, y portando pancartas y caretas del emblemático depredador.
Entre las entidades convocantes se encuentran WWF, Ecologistas en Acción, Lobo Marley, AnimaNaturalis y Animal Guardians, con el respaldo de más de 170 colectivos. La protesta se ha centrado en rechazar la disposición introducida por el PP y respaldada por Vox, Junts y PNV en la Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario, que eliminó la protección del lobo al norte del Duero. Esta decisión, según los convocantes, “marca un peligroso precedente al supeditar la legislación ambiental a presiones sectoriales”.
Exigen cumplimiento de la normativa europea
Las organizaciones han instado al Gobierno a cumplir con la Directiva Hábitats de la Unión Europea, que considera al lobo como una especie protegida en gran parte de Europa. También reclaman que se aprueben planes de conservación basados en criterios científicos, se persiga eficazmente la caza furtiva y el envenenamiento, y se implementen medidas para favorecer la convivencia entre el lobo y las actividades ganaderas.
Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF, ha defendido que “el lobo debe ser reconocido como una pieza clave en el equilibrio de los ecosistemas y no como una amenaza”. Asimismo, ha asegurado que existen “medidas de prevención y compensación perfectamente aplicables” para garantizar la coexistencia con la ganadería extensiva.
Apoyo político y movilización social
A la manifestación acudieron también dirigentes políticos como Irene Montero, eurodiputada y número dos de Podemos, junto a otros representantes de la formación morada. Montero destacó la necesidad de “planes de conservación y corredores ecológicos seguros”, así como de una “acción firme contra la caza furtiva”.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, advirtió que la protección del lobo ibérico es un tema clave en la lucha por la biodiversidad, subrayando que Europa vive “un retroceso ambiental sin precedentes”.
Por su parte, Javier Luna, presidente del PACMA, subrayó que la ciudadanía debe seguir presionando desde la calle para detener la “matanza sistemática de animales con fines económicos”.
Un símbolo en peligro
El manifiesto leído al final de la marcha insistió en que el lobo ibérico es patrimonio natural de toda la sociedad, y que su persecución en el siglo XXI es “inadmisible e injustificada”. Concluyó con un aullido colectivo de los asistentes en defensa del animal.
La movilización se enmarca en un contexto de creciente debate sobre la conservación de especies y la gestión del medio rural en España. Los colectivos convocantes han prometido continuar la lucha en tribunales, instituciones y en la calle hasta lograr que el lobo vuelva a ser plenamente protegido.