La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha salido al paso de la polémica generada por el apagón eléctrico del pasado 28 de abril, negando de forma rotunda que se tratara de un “experimento” gubernamental con energías renovables, como afirmó recientemente el diario británico The Telegraph. Durante un acto en Sevilla, Montero atribuyó esa versión a “empresarios que difunden bulos y mentiras”, con el objetivo de socavar la confianza en el modelo energético sostenible que impulsa el Ejecutivo.
“Detrás de todo eso hay un grupo de interés empresarial que es conocido por intentar distorsionar la opinión pública, sin ningún tipo de rigor ni credibilidad. Llevan años lanzando campañas similares”, afirmó la ministra de Hacienda en funciones. A su juicio, las críticas responden a una ofensiva de los ‘lobbies’ del sector energético tradicional, reacios a perder su posición dominante en un contexto de transición hacia energías más limpias.
La acusación de “experimento fallido” ha causado un terremoto político e informativo en las últimas horas. El artículo de The Telegraph, que cita fuentes en Bruselas, sugiere que el Gobierno español habría aumentado deliberadamente la cuota de renovables en el mix energético sin contar con una red eléctrica suficientemente robusta, como ensayo previo al cierre progresivo de las centrales nucleares a partir de 2027. El diario califica el apagón de “el mayor fallo eléctrico en un país desarrollado en tiempos modernos” y habla de un “hedor a encubrimiento”.
Desde el Ejecutivo, sin embargo, se ha reiterado que la causa oficial del apagón sigue siendo objeto de análisis, y que en ningún momento se realizó un experimento que pusiera en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico. Moncloa ha desmentido categóricamente la versión publicada por el medio británico.
Montero aprovechó su intervención para reivindicar el papel de las energías renovables como “claves para atraer inversión industrial, avanzar en soberanía energética y abaratar la factura de la luz”. “Las renovables son baratas, limpias y necesarias”, remarcó, añadiendo que culpar a estas tecnologías de cualquier fallo es “el discurso interesado de quienes temen perder su negocio”.
La polémica se produce en un contexto de alta sensibilidad política. El Partido Popular ha exigido la creación de una comisión de investigación parlamentaria y acusa al Gobierno de “ocultar la verdad” y utilizar la hipótesis de un ciberataque para desviar la atención. Mientras tanto, numerosos medios internacionales —incluyendo The Times, BBC, Le Monde o Der Spiegel— han seguido con atención el desarrollo de los acontecimientos, señalando la falta de explicaciones claras por parte del Ejecutivo durante las primeras horas del incidente.
Con la comparecencia parlamentaria de la ministra Teresa Ribera prevista para los próximos días y la presión internacional sobre el modelo energético español en aumento, el caso del apagón del 28 de abril se ha convertido no solo en un asunto técnico, sino también en una cuestión de confianza institucional, transparencia política y futuro energético del país.