Lo que comenzó como una protesta estudiantil terminó esta noche con escenas de tensión en la Facultad de Filología y Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid: al menos tres personas del personal universitario han resultado agredidas y fuentes de la comunidad universitaria señalan que, ante una mesa de negociación fallida entre los estudiantes convocantes y las autoridades académicas, se prepara un desalojo policial. A la situación se sumó el desplazamiento de varias vicerrectoras al lugar, dada “la gravedad de los acontecimientos” según informan los estudiantes participantes.
De la confrontación verbal al choque físico
Fuentes internas y testimonios recabados por El Diario de Madrid apuntan que la movilización, inicialmente presentada como un encierro pacífico de cerca de cien estudiantes, escaló en tensión después de que la universidad se negara a aceptar muchas de las propuestas estudiantiles durante la negociación establecida para la noche. En ese entorno se produjeron enfrentamientos que provocaron lesiones en miembros del personal de administración y servicios (PAS) de la UCM, aunque no se dispone aún de partes médicos oficiales ni de identidad de los heridos. Los estudiantes aseguran que las agresiones fueron provocadas por grupos ajenos al núcleo del encierro, mientras que la universidad —hasta ahora— no ha emitido un comunicado confirmando esa versión.
El momento de mayor tensión coincidió con la llegada al edificio de altas representantes del rectorado: varias vicerrectoras se desplazaron para intentar mediar y restablecer el diálogo. Su presencia refleja la gravedad institucional que han alcanzado los hechos, según fuentes académicas consultadas.
Con la mesa negociadora rota y sin acuerdo, los convocantes del encierro han alertado de la llegada inminente de fuerzas de seguridad para ejecutar una descarga policial. Los estudiantes han preparado barricadas improvisadas y reforzado las puertas interiores mientras celebran asambleas para decidir si resistirán al desalojo.