La cuenta atrás para la llegada de la Fórmula 1 a Madrid en 2026 continúa, pero también crece el rechazo vecinal al circuito urbano en los recintos de Ifema. Este domingo 14 de septiembre, la plataforma Stop Fórmula 1 Madrid llevará su protesta a la Puerta del Sol, donde a las 11:00 horas presentará sus reivindicaciones ante los medios junto a la estatua del Oso y el Madroño.
El colectivo, integrado por residentes de barrios como Las Cárcavas-San Antonio, Valdebebas, San Lorenzo o Villa Rosa, junto a asociaciones vecinales y ecologistas, denuncia que el proyecto “solo generará problemas” a los miles de vecinos que viven en las inmediaciones del trazado.
Denuncia por ruido y contaminación
Los portavoces de Stop Fórmula 1 Madrid aseguran que los niveles de ruido superarán con creces los límites legales, hasta el punto de que el Ayuntamiento deberá suspender temporalmente su propia ordenanza para permitir la celebración del Gran Premio de España. A ello se sumará la “fortísima contaminación atmosférica” que generará la carrera y el tráfico derivado del evento.
La plataforma critica que se trata de un proyecto “disparatado y especulativo”, impulsado por Ayuntamiento y Comunidad de Madrid sin consultar a la ciudadanía más afectada. “Nuestros barrios no son un circuito”, insisten.
Tala de árboles y molestias por las obras
Este verano, la construcción del circuito, adjudicada a Acciona y Eiffage por más de 83 millones de euros, ya ha supuesto la tala y trasplante de cientos de árboles, incluidos olivos centenarios en la Vía de Dublín arrancados en pleno mes de julio bajo temperaturas de casi 40 grados.
Los vecinos denuncian además que los trabajos se realizan incluso de noche, afectando al descanso. Y advierten de que cada año deberán soportar “cinco meses de obras” durante los diez que dure el contrato de la Fórmula 1: tres de montaje y mes y medio de desmontaje, generando un impacto constante en movilidad y transporte público.
Críticas al gasto público
Stop Fórmula 1 Madrid también alerta del “despilfarro de fondos públicos” que supone la construcción y mantenimiento de un circuito que será gestionado por Ifema, un consorcio participado por Ayuntamiento y Comunidad.
Recuerdan como precedente el circuito urbano de Valencia, cuya experiencia acabó con una deuda de 300 millones de euros sufragada por los contribuyentes. Según los vecinos, los beneficios irán “para unos pocos”, mientras que las pérdidas recaerán sobre la ciudadanía, restando recursos a servicios sociales y proyectos de interés público.
Una protesta para frenar el proyecto
La movilización de este domingo busca visibilizar el rechazo a un proyecto que consideran lesivo para el medio ambiente, la salud y la calidad de vida de los residentes del norte de Madrid. Además, alertan de que el futuro trazado podría acoger más carreras y eventos de motor, ampliando las molestias.
“Se está construyendo de espaldas a la ciudadanía y sin transparencia. Queremos dejar claro que no vamos a aceptar que nuestros barrios se conviertan en un circuito de Fórmula 1”, concluye la plataforma.