La reforma integral de la emblemática plaza del Dos de Mayo, en el corazón de Malasaña, ha desatado una oleada de rechazo vecinal. Asociaciones de vecinos y grupos ciudadanos reclaman al Ayuntamiento que paralice el proyecto por considerarlo innecesario, costoso y perjudicial para el tejido social y patrimonial del barrio.
El conflicto surge tras la convocatoria del concurso de ideas impulsado por el Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) para renovar el espacio. Aunque el primer y tercer premio fueron descalificados por incumplir las bases al proponer cambios en elementos protegidos, como el arco y las esculturas de Daoiz y Velarde, la propuesta que quedó en segundo lugar –Sol y Sombra– sigue en la mesa del consistorio como posible base para la futura intervención.
Vecinos sin voz ni voto
Tanto la Asociación de Vecinos Maravillas como colectivos ciudadanos como Amorxelbarrio denuncian que el proceso se ha desarrollado sin participación ciudadana, lo que ha motivado movilizaciones, campañas en redes sociales y consultas simbólicas en la propia plaza. “La reforma ha sido impuesta sin contar con quienes habitamos y cuidamos este espacio”, declara Maribel Pizarroso, presidenta de la asociación vecinal.
Una de las principales críticas al diseño de Sol y Sombra es que plantea la eliminación de los desniveles y la conversión de la plaza en una explanada abierta, lo que los vecinos temen que favorezca su uso masivo para terrazas y eventos en detrimento de los espacios comunitarios y de sombra.
Preocupación por la pérdida de espacios infantiles y sociales
Entre las modificaciones previstas está la desaparición de tres de los cuatro parques infantiles actuales, manteniéndose únicamente el contiguo al colegio Pi i Margall. Además, se eliminaría un parque para mayores y varios elementos utilizados habitualmente por familias y vecinos, como bancos corridos y zonas verdes. “Quieren sustituir el único espacio intergeneracional del barrio por una plaza uniforme sin identidad”, lamenta Pizarroso.
Impacto en el patrimonio y la identidad del barrio
Vecinos y expertos señalan que algunas de las propuestas invalidadas planteaban modificar elementos protegidos desde 1997, lo que, según denuncian, también se insinúa en la propuesta finalista. La reubicación del grupo escultórico central y del arco de Monteleón es considerada inviable por las bases del propio concurso. Esto ha llevado incluso a la impugnación del resultado del certamen por parte de otros participantes.
Además, alertan del posible impacto en el entorno del colegio público, especialmente por la apertura del perímetro y la pérdida de espacio reservado para el alumnado con necesidades educativas especiales.
Alternativas vecinales: mantenimiento frente a reforma integral
Los vecinos proponen una intervención limitada centrada en el mantenimiento, como la mejora del pavimento, la limpieza de zonas verdes, la restauración de rampas deterioradas y la reposición del baño público retirado. Recuerdan que el Ayuntamiento ya invirtió 600.000 euros en cámaras de seguridad, por lo que consideran que la supuesta inseguridad no justifica una obra de gran calado.
En paralelo, organizan actividades infantiles, talleres y encuentros ciudadanos para reivindicar que la plaza, tal y como está, sigue siendo un espacio vivo, comunitario y funcional.
Un proyecto en el aire
Desde el Ayuntamiento se insiste en que el proyecto definitivo aún no está cerrado, aunque se mantiene el objetivo de iniciar las obras en 2026. La decisión final dependerá de la evaluación de las propuestas presentadas y de un eventual proceso de redacción del proyecto definitivo.
Sin embargo, la creciente contestación social y vecinal pone en entredicho la viabilidad política y social de la reforma, especialmente si se mantiene al margen a los residentes del barrio. Como sintetiza Maribel Pizarroso: “Los que vivimos aquí somos los que debemos decidir qué necesita nuestra plaza”.