Agenda pública

La Fundación Zaballos lidera un debate pionero sobre los neuroderechos en Madrid

Intervención de Dª Emilia Zaballos Pulido, Presidenta de la Fundación Zaballos para la defensa de los derechos constitucionales
photo_camera Intervención de Dª Emilia Zaballos Pulido, Presidenta de la Fundación Zaballos para la defensa de los derechos constitucionales

La mente humana como último bastión de la libertad individual y la urgencia de protegerla frente al avance de las tecnologías que amenazan con vulnerarla fueron el eje de la jornada "Los Neuroderechos a Debate", celebrada este lunes en Madrid y organizada por la Fundación Zaballos para la Defensa de los Derechos Constitucionales junto a la Fundación de Neurociencias. Una cita que reunió a referentes de la neurociencia, el derecho, la ética, la filosofía y la inteligencia artificial, marcando un hito en la discusión sobre los límites y garantías necesarias en la era neurotecnológica.

Tres dimensiones: ciencia, ética y derecho

La presidenta de la Fundación Zaballos, D.ª Emilia Zaballos, abrió el evento subrayando la necesidad de abordar los neuroderechos desde una perspectiva científica, ética y jurídica. “La tecnología debe estar siempre al servicio de la dignidad humana”, sentenció, antes de proyectarse un mensaje en vídeo de Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia y considerado uno de los padres del concepto de neuroderechos.

La jornada también incluyó la proyección de fragmentos del documental Theatre of Thought de Werner Herzog, que explora los dilemas y potenciales de la neurotecnología con Yuste como asesor científico.

Riesgos, oportunidades y regulación urgente

En la primera mesa, dedicada a los aspectos técnicos, participaron expertos como el neurólogo Antonio Oliviero, el catedrático de IA Víctor Maojo, la neurofisóloga Cristina Villaescusa y el investigador Francisco Manuel Ocaña. Todos coincidieron en la necesidad de regular con urgencia el uso de herramientas que, hoy por hoy, ya permiten inferencias sobre el pensamiento humano.

Villaescusa recordó que “leer la actividad cerebral no es leer la mente”, pero alertó de que la inteligencia artificial ya permite detectar patrones que podrían anticipar pensamientos. Por su parte, Ocaña denunció la facilidad con la que se puede acceder a dispositivos capaces de alterar funciones cerebrales.

Humanismo frente al transhumanismo

La segunda mesa abordó los dilemas filosóficos. Albert Cortina, experto en transhumanismo, pidió calma y serenidad para afrontar estos retos. Pablo López Simón, novelista y profesor universitario, defendió principios éticos irrenunciables, mientras que el vicepresidente de la Asociación Transhumanista Mundial, José Luis Cordeiro, instó a Europa a no quedarse atrás: "Estados Unidos inventa, China fabrica, Europa regula". A su juicio, la neurotecnología puede mejorar a la humanidad si se orienta correctamente.

Llamamiento al legislador: protección integral de la mente

La tercera mesa, centrada en las garantías jurídicas, reunió a juristas como Antonio Garrigues Walker, Tomás de la Quadra-Salcedo, Luis Miguel González de la Garza y la propia Emilia Zaballos. Todos coincidieron en la necesidad de nuevas normas que protejan la identidad, la intimidad mental y la autonomía individual.

Garrigues pidió crear nuevos derechos que se adapten a la era digital y biotecnológica. De la Quadra-Salcedo propuso un modelo legislativo transversal que involucre a expertos de distintos campos. Zaballos recordó que, pese al interés del legislativo, aún no se ha constituido una comisión parlamentaria sobre neuroderechos en España.

Spain Neurotech: inversión pública para el futuro cerebral

Entre los avances más prometedores, Zaballos destacó el acuerdo entre el Gobierno de España y la Comunidad de Madrid para impulsar el Instituto de Neurotecnología Spain Neurotech, que contará con una inversión de 200 millones de euros en 15 años.

Una causa humanista

El consenso de la jornada fue unánime: la neurotecnología no solo plantea retos científicos o legales, sino desafíos existenciales y humanistas. La protección de la mente debe ser absoluta y anticipatoria. El futuro no puede depender solo de avances técnicos, sino de una legislación garantista que coloque a la persona en el centro.

La Fundación Zaballos se consolida así como un actor clave en la defensa de los derechos constitucionales frente a los nuevos riesgos de la era neurotecnológica. Y Madrid, como epicentro del debate sobre los límites del conocimiento y la dignidad humana.