La presión política y ética sobre el Gobierno crece desde sus propias filas. Cinco exministros del PSOE y más de un centenar de personalidades vinculadas a la izquierda han suscrito un manifiesto en el que reclaman la convocatoria urgente de elecciones generales, como vía necesaria para impulsar una regeneración democrática tanto del país como del propio Partido Socialista Obrero Español.
Los firmantes —Jordi Sevilla, Virgilio Zapatero, Julián García Vargas, César Antonio Molina y Javier Sáenz de Cosculluela— expresan su malestar con una gestión política que, a su juicio, ha traspasado los límites de la ética pública. A ellos se suman los expresidentes del Senado Juan José Laborda y Javier Rojo, así como figuras relevantes como el filósofo Fernando Savater, el periodista Juan Luis Cebrián y el exfiscal general del Estado Eligio Hernández.
Críticas a la dirección actual del PSOE
El documento denuncia que los casos de corrupción recientes no son hechos aislados, sino “el resultado de una forma de hacer política disociada de la moral y la ética”. Aunque no se menciona de forma explícita al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el texto se refiere a un “cesarismo imperante” en el ejercicio del poder, apuntando directamente a su liderazgo.
Según el manifiesto, el deterioro democrático también afecta al funcionamiento interno del PSOE, al que acusan de haber eliminado las corrientes críticas, sustituido el debate por la “sumisión” y de actuar con opacidad frente a la militancia y la ciudadanía. “El actual PSOE está desvinculado del partido histórico que ayudó a construir el Estado moderno y europeísta”, lamentan los firmantes.
Denuncia de la degradación institucional
El manifiesto detalla una serie de preocupaciones sobre el funcionamiento democrático del país: la politización de las instituciones, la ocupación partidista de empresas públicas, injerencias en los medios de comunicación, el socavamiento de la separación de poderes, y el uso del poder legislativo con fines partidistas o personales. Asimismo, critican el uso de pactos extraparlamentarios, la falta de transparencia presupuestaria y las reformas penales al margen del interés general.
Regeneración democrática y alternativa política
Los firmantes consideran que España vive una “encrucijada democrática” y que solo el pueblo puede decidir mediante nuevas elecciones. Rechazan el “tacticismo oportunista”, el “todo vale” contra el adversario y la ausencia de controles institucionales. Llaman a volver a una política de principios, alejada del populismo, centrada en la regeneración ética y en la recuperación de una izquierda “plural, libre y reformista”.
Mientras tanto, Pedro Sánchez ha descartado convocar elecciones, defendiendo que el actual Ejecutivo es “el mejor que ha tenido España en mucho tiempo”, pese a la presión creciente tanto desde la oposición como desde voces relevantes de su propio partido.
El manifiesto se suma así a una ola de demandas por una renovación política, en un contexto marcado por las investigaciones judiciales contra antiguos altos cargos del PSOE, que han deteriorado la imagen del partido y generado fisuras internas que ahora emergen con claridad.