El 28 de Marzo de 1750, nacía en Caracas Francisco de Miranda, el primero de los Venezolanos Universales, suerte de cofradía bendita que ha reunido hombres y mujeres cuya presencia en eventos trascendentales de la historia Universal, fueron requeridos en base a su inteligencia, brillantez y pensamiento lúcido, para ayudar así a otras naciones a transitar por el camino libertario y emancipador. Es así que en la Revolución Francesa, la Independencia de Los Estados Unidos y por supuesto en el reclutamiento de ejemplares militares extranjeros que batallaron en la Gesta independentista de Venezuela, Don Francisco de Miranda tuvo una destacada actuación que hizo escribir su nombre y el de nuestro país en letras dorada en buena parte del Universo.
Con los años, otros Venezolanos han llevado el nombre de nuestra nación muy en alto por todo el planeta y otros, aún más osados, desde la Nasa y las demás plataformas espaciales, luchan por conquistar nuevos horizontes, allende nuestra atmósfera.
Es por ello que los Venezolanos no terminamos de sentirnos avergonzados y ridiculizados por la figura de un “Presidente” que sin ser invitado a una cumbre internacional, decide tomar 3 aviones de nuestro patrimonio, embarcar a más de 300 personas y lanzarse a la buena de Dios a la cumbre del grupo Brics, celebrada en Kazán.
Maduro, atacado por una especie de delirio Mirandista, decidió acudir a la cumbre para encadenar una serie de ridículos. A su llegada, sin una recepción oficial, sino oficiosa, decidió bajar de uno de los aviones a una troupe de periodistas tarifados del régimen para improvisar una “Rueda de prensa” que en realidad ninguna agencia de noticias serias replicó. Pero lo peor de este bochorno, que apenas comenzaba, se daría en la sede de la cumbre. Agazapados en una suerte de “Cuarto / Central de información” un Maduro ojeroso y desencajado esperaba que sus emisarios, vigilantes de cada paso de los demás presidentes, vinieran a la carrera a decirle en qué pasillo se movían los Jefes de Estado y Gobiernos que sí estaban invitados a la cumbre. El primer encuentro es con Putin, quien le da la mano, se toma una foto e inmediatamente lo aparta diciéndole que a la reunión no va porque es privada. Maduro ríe como el niño al que le arrebatan un dulce en un parque. Después viene otro emisario que grita “Allá viene Xi” por lo que inmediatamente el grupo corre, al mejor estilo del vendedor de agendas de turno, a interceptar al premier Chino y tratar de lograr una conversación con él. Imaginen la escena, con Maduro, su señora, la Vicepresidenta, el Canciller y la tropa de periodistas corriendo por los pasillos del complejo de Kazán, para al final lograr un abrazo forzado y cuatro palabras, con un Xi que quería cualquier cosa en la vida que no fuese entablar conversación con Maduro.
Después se escondieron en el cuarto y de repente cuando Erdogan salía de la reunión lo interceptaron. Tercera reunión. Me imagino que Erdogan se sintió como aquel a quien desean venderle una aspiradora. Más que aspiradora, eran aspiraciones las que vendía el dictador Venezolano, rogando y mendigando su acceso al grupo. El acceso que al final no logró y que además antes de irse ya sabía que Lula, su ex mejor amigo ya había vetado.
Mientras este bochorno sucedía en Kazán, uno que si es Venezolano apreciado y requerido por gobiernos extranjeros, el Presidente Electo, Edmundo González Urrutia, viajaba por Europa para reunirse por invitación con Jefes de Estado y Líderes parlamentarios que le prodigaron invitaciones, loas y planes a futuro cuando Venezuela termine de salir de este esperpento de dictador que detenta la Silla presidencial.
En fin, que nuestra impronta de Venezolanos Universales seguirá creciendo con gente destacada y prueba, que demuestra cuánto se le respeta y aprecia, mientras otro, que trató de entrar a esa lista por la fuerza, sólo lleva en su legado pena, bochorno y un rechazo casi universal.