Un acontecimiento cósmico ha tenido lugar en el planeta.
Algo tan profundo y terrible que puede hacer tambalearse al millonario Elon Musk.
Porque a pesar de haber salido y de salir victorioso en todas sus Empresa, a pesar de haber ganado las elecciones americanas al lado de Trump (quizás el hombre con más poder del mundo), a pesar de ser su mano derecha, a pesar de ejercer como el más rico de los ricos, a pesar de todos los pesares, Elon Musk ha tropezado con una heroína gallega de vaporosas faldas y larga nariz.
El quizás todavía no es consciente de haberlo hecho, pero ese escollo es insalvable, terrible, peligroso, aterrador, y prácticamente seguro, le hará caer en una insalvable depresión:
Yolanda Díaz, maravillosa y audaz al modo de Agustina de Aragón, le ha plantado cara. Le ha hecho frente con un mensaje que el magnate ni podría imaginar en sus peores pesadillas:¡Se va de X!. (Antiguo Twitter)..
Si, cuesta trabajo creer tanta gallardía, tanto aplomo, tanta contundencia….
Que si, que si, Doña Díaz con aires de muñeira, a golpe de mechas rubias como el sol de los trigales, embutida en elegantísimos ropajes estilo comunista ¡Cambia X por otra red social! Se marcha de ahí porque Elon es su propietario y ella ¡menuda es! no se anda con chiquitas y sabe que de este modo le está dando donde más le duele, donde le hace tanto daño que hasta el aire le falta al respirar, donde realmente puede hundirle.
Para Elon es posible que la vida no vuelva a ser lo mismo porque es un palo muy grande. Porque aunque las malas lenguas identifiquen a Yolanda como un tucán, con esta actuación tan sibilina se parece presuntamente más a un cuervo de densas y espesas alas negras y feos presagios.
¡Que yuyu!, se necesita mucho refinamiento incisivo para haberse lanzado a tomar esta decisión sin red pero por la Red.
Aunque no está sola, en tan temible tarea de confrontación la acompaña el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, otro ser valeroso que le ha lanzado al recién estrenado presidente americano esta frase que se convertirá en talismán para cualquier incunable: “Se llame como se llame…” (tal vez el ministro, repleto de encomiendas Sanchistas y misiones extraordinarias haya olvidado el nombre de Trump), bueno pues “Se llame como se llame, si nos desafía, le haremos frente”.
Y no solo frente sino cuerpo entero. Sánchez en Davos ha llamado a la rebelión contra los invictos, contra los dueños de las redes sociales, contra todo lo que no sea aquello que él (ser supremo) piensa, lidera y miente desde cada poro de su naturaleza aviesa.
Pero ya ¿Quién le cree? ¿A quién piensa que engaña?, “Ahora es tarde señor, ya es muy tarde señor” que diría Rocío Jurado.
Por el aire suena el murmullo de las meigas, paisanas y quizás parientes mágicas de Doña Díaz, susurrando que a lo mejor lo que siente es envidia.
Por supuesto que se considera a sí mismo como el más precioso de los mortales, pero para ser también el más preciado ¿Los millones de dólares o de euros dónde los tiene? ¿Le fallan, o como dice Aldama los va depositando en una cuentecita a nombre de Begoña por esos mundo de Dios?....
Tal vez sea eso señoras meigas, o tal vez una profunda irritación mental por no ser ya el “Puto amo” de nada y encima, por no poder volcar su desesperación en X
No va a tener más remedio que seguir escribiendo cartas.