Pompeya es una continua fuente de sugerencias y a día de hoy sigue despertando renovado interés, propiciando proyectos y trasladando a la actualidad su poder como foco de inspiración en las mentes de escritores y artistas. Picasso, en su primera visita a la ciudad en 1917 quedó prendado de su paisaje de secretos, excavaciones y ruinas que afectaron en importantes aspectos al transcurso de su obra. En recuerdo a ese encuentro el pasado verano de 2023 el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles organizó la exposición “Picasso y el mundo antiguo”, ahondando en esa unión trascendente. Y en este verano, Madonna aprovechó la celebración de su cumpleaños haciendo una visita nocturna y privada a Pompeya y efectuando una considerable donación para sufragar durante un año los costes del programa teatral “Sueño de Volar“ para niños y jóvenes que se desarrolla en el Teatro Grande y en el anfiteatro de Pompeya, impulsado por el Parque Arqueológico de la ciudad.
Toda explicación se vuelve escasa para definir el impacto que produce Pompeya en el visitante; las trazas de la pequeña ciudad dormida aunque todavía definida en sus ruinas, espejo de lo que fue, muestra unos puntos excepcionales que merecen una detenida parada y en ese sentido es la restaurada Villa de Diomedes una de las construcciones de mayor empaque que volvió a brillar como en sus orígenes después de un largo y costoso proyecto de rehabilitación; próxima a la Villa de los Misterios en la zona de la Puerta de Herculano, descubierta a la par que la Villa de Cicerone y la Casa de Julia Felice, en 1775, se suma con su restauración a una serie de aportaciones que vienen a incrementar la lista de valores del conjunto entre ellos el Fresco que trata el mito de Teseo, Ariadna y el Minotauro o el Carro Ceremonial de exquisita decoración.
Por todo ello, la visita siempre es una experiencia impresionante y desde su descubrimiento por Fontana en el siglo XVI y a raíz de las continuadas excavaciones, las primeras dirigidas por el militar e ingeniero aragonés Roque Joaquín de Alcubierre, en 1748, los hallazgos siguieron aflorando intermitentemente e inspiraron a poetas, artistas y arquitectos de diferentes etapas de la historia que encontraron en aquellos espacios suspendidos en el tiempo, en sus pinturas, villas y restos monumentales, en las equilibradas calzadas, estatuas y decoraciones grandes alicientes e interpretaciones que derivarían en creaciones inesperadas; sucedió en determinados tiempos de las obras de Théophile Gaulttier, Giorgio di Chirico, Medardo Rosso o Vaquero Turcios y con mayor proximidad en las esculturas de Igor Mitoraj un artista deslumbrante escasamente conocido en España y cuyas obras se hacen eco de un mundo clásico que se resiste a desaparecer. El poder de seducción que desprende Pompeya es único; cautiva a las almas sensibles y la atracción provoca impresiones que se acrecientan con los nuevos descubrimientos que cada poco tiempo sorprenden y por las conclusiones de los estudios de objetos y señales que conciernen a las ciencias y al arte. Cada momento recuperado de la historia de Pompeya y de su vecina Herculano lleva a la realidad de aquellas sociedades vitales y gozosas que encarnaban el modelo de vida de la civilización romana y mediterránea, organizadas y bien estructuradas.
El conocimiento añade, si cabe, una mayor carga emocional, sentida por las gentes de ayer y de hoy, igualmente impresionadas ante la ciudad paralizada y estática. Pompeya es eterna sugestión y modelo de confrontación con la obra de artistas contemporáneos que hemos podido contemplar en afortunadas ocasiones por medio de exposiciones que tomaron como fundamento la ciudad estancada en sus ruinas. Valga de ejemplo la que tuvo lugar en 2017 en el Museo d'Arte Contemporánea Donna Regina de Nápoles llevada a cabo en colaboración con el Parque Arqueológico de Pompeya, denominada “Pompeya@Madre. Materia Archeologica. La Collezioni”. Tenía como argumento la personalidad de la urbe y los posibles nexos entre los antiguos objetos y la producción artística relativamente reciente. Piezas de diferentes etapas procedentes del histórico de excavaciones volvían a la vida tras un largo anonimato para encontrarse con las intencionadamente seleccionadas de Mimmo Palladino, Le Corbusier, Andy Warhol, Sol Lewitt o Richard Serra. El feliz contraste daba paso a nuevas lecturas y de nuevo la ciudad se erigía en núcleo vigente capaz de mostrar sus ricas y vivas facetas.