Una seguidora y continuadora de Andrés Manuel López Obrador, asumirá en breve la presidencia de México. Tras ganar con abrumadora mayoría, el pueblo mexicano -suponemos que de manera transparente- ha elegido a Claudia Sheinbaum, como la primera mujer que liderará los destinos de esa importante nación.
Sorprende -por decir lo menos- que los mexicanos quieran continuar liderados por una persona que idolatra a AMLO, quién logró consolidar en México el poderío narco, la corrupción y la inseguridad ciudadana. En efecto, decenas de miles de mexicanos mueren cada año asesinados por sicarios de poderosos carteles que corrompen la institucionalidad. Decenas de candidatos regionales fueron asesinados antes de las elecciones recientes. AMLO se las arregló para adormecer a su pueblo con los discursos mañaneros, que daban cuenta de un hombre medio trastocado, con cacofonías agotadoras y extensas.
Miles de mexicanos solo aspiran a emigrar a los Estados Unidos para alcanzar un mejor futuro. AMLO ha sido cómplice de las fechorías de los dictadores cubano, venezolano y nicaragüense. También ha sido un gran enemigo de España y del legado hispano en México y en América. En una visita a Chile se declaró admirador de Salvador Allende -el peor presidente que ha tenido Chile- y del pensamiento marxista que caracterizó a su mandato.
América Latina enfrenta un difícil futuro, toda vez que el progresismo retratado en el “Grupo de Puebla”, no ofrece soluciones concretas a los problemas de sus pueblos. A AMLO lo ha acompañado en esta última etapa la canciller Alicia Bárcena, 14 años secretaria ejecutiva de CEPAL y gran admiradora de Fidel Castro y de Hugo Chávez. La Bárcena ha logrado navegar en las altas esferas del poder, con un quimérico discurso multilateral seguidor de la Agenda 2030 y de la ideología de los derechos y no de los deberes.
Ojalá que la nueva líder Mexicana, sea capaz de dar una sorpresa y convertirse al sentido común. Sabemos a ciencia cierta, que ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua, se transformarán en democracias de manera pacífica. México, hasta la fecha, no ha colaborado con aquellos gobiernos que buscan el restablecimiento del desarrollo y de la libertad de sus pueblos. Lo que suceda en las elecciones norteamericanas y la evolución de los gobiernos de Colombia, Chile y Argentina, serán claves para el futuro regional. Ojalá la nueva presidenta hable menos que su antecesor y se dedique a trabajar por México y su sufrido pueblo.
