El sentido de mis letras...

Los masones y las catedrales

A los que siempre nos ha interesado el arte, y en concreto las grandes construcciones medievales de la cristiandad, sabemos que la masonería estuvo relacionada con la edificación de las grandes catedrales y con los gremios de constructores, que atesoraban incontables conocimientos técnicos y arquitectónicos. Se dice, es lo que siempre he leído, que los masones viajaron hasta Tierra Santa después del aparente triunfo de la Primera Cruzada y que fue entonces cuando pudieron aprender los conocimientos de la construcción del Templo de Salomón. Los masones, que según su normativa se comprometían con la búsqueda de la verdad a partir del desarrollo moral e intelectual del ser humano mediante una serie de ritos y el conocimiento de unos símbolos, no solo estaban detrás de la construcción de las grandes catedrales europeas, sino que posteriormente participaron de forma muy activa en los movimientos revolucionarios liberales como la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa. Se pone de manifiesto de manera evidente la relación entre la masonería y las catedrales en el libro La catedral del mar, de Ildefonso Falcones, y en la magnífica serie televisiva del mismo nombre, adaptación de la citada novela. Por otra parte, creo que es conveniente destacar que los masones fueron, en su origen, los canteros y albañiles que trabajaban en las grandes construcciones medievales. Sus ritos sociales darían lugar mucho tiempo después a la masonería tal como nosotros la conocemos (aunque nunca he entendido del todo lo que significa ser masón), ya que la palabra masón viene del francés maçon. Para acabar, permítanme un dato: durante la Edad Media se extrajeron toneladas y toneladas de piedra con el objetivo, hecho realidad, de construir catedrales, iglesias, monasterios y castillos, y es que sólo en Francia, entre los años 1050 y 1350, se edificaron ochenta catedrales y quinientas grandes iglesias, además de miles de iglesias parroquiales. ¡Ahí queda ese dato!