Cinco Sentidos

M’hijo el dotor – M`hijo el tecnológico

El choque entre generaciones no es nuevo: de Don Olegario y su hijo Julio a las familias actuales, lo que cambian son los escenarios. Hoy la tecnología reemplazó a la sobremesa y desafía el diálogo.

Florencio Sánchez retrató hace más de un siglo el choque entre Don Olegario, padre rígido y tradicional, y su hijo Julio, que soñaba con la ciudad y el progreso. Aquella tensión generacional sigue viva, aunque con otros escenarios.

Hoy ya no es la ciudad la que simboliza la modernidad: es la tecnología, que irrumpió en cada rincón de nuestra vida, incluso en las fibras más íntimas de la familia.

Las brechas generacionales se acortaron tanto que ni siquiera hace falta esperar décadas: entre hermanos que se llevan pocos años aparecen lenguajes distintos, mundos que no se encuentran. El resultado: diálogos ausentes, distancias que se agrandan.

Ya casi no existen las películas en familia ni las largas sobremesas. Cada uno consume lo suyo, a su ritmo. Los hijos reciben más información en una tarde que la que los padres podrían transmitir en años. La experiencia parece desvalorizada.

Mientras tanto, la sociedad —empresas, Estado, instituciones— da por sentado que todos dominamos la tecnología. Nos causa gracia ver a una persona de 90 años hablando con una inteligencia artificial como si fuese un ser humano, pero detrás de la risa hay una certeza: nos volvimos “commodities” de este nuevo orden.

Frenarlo es imposible. Lo que sí podemos es recuperar el encuentro humano: discutir, abrazar, llorar, reír. Volver a poner la mesa como espacio de diálogo sin pantallas. Porque la familia, a pesar de todo, sigue siendo la reserva de nobleza, humildad, fortaleza y amor que sostiene a la humanidad.

Ya no son los personajes de Sánchez quienes caminan por las calles del mundo, pero las historias se repiten. Y la respuesta sigue siendo la misma: volver a amar, sobre todo en estos tiempos turbulentos.

Será tal vez, la mesa familiar, el último refugio de una humanidad que necesita reencontrarse.