A la vista de la situación, Pedro Sánchez no tiene más alternativa que una huida hacia adelante.
Es de sobra conocido que su esposa, su hermano, su fiscal general, el presidente del Tribunal Constitucional, el ministro del Interior y varias ministras—Defensa, Hacienda, Igualdad, entre otras —se encuentran en un limbo de irregularidades y presuntos delitos. Todo ello apunta a un desenlace inevitable de enjuiciamiento y sentencia.
A esto se suman la amnistía, los indultos, los casos de corrupción, los escándalos de las mascarillas, Ábalos, Aldama, las maletas de oro, la República Dominicana, el Sáhara, Marruecos, Pegasus, los abusos de poder, la DANA y el asalto a las instituciones. "Un callejón sin salida que solo deja una opción radical e impuesta: la dictadura".
El sanchismo, de la mano de quienes podrían hacerle caer, solo puede seguir el plan estratégico trazado por Zapatero, Garzón, Marlaska, Roures, Iglesias, Monedero, Errejón, Iván Redondo y otros. Este plan incluía una "salida de emergencia" previamente prevista: la fragmentación de España en "naciones" convertidas en repúblicas, una idea que ni siquiera Patxi López comprendía en su momento, al igual que Óscar López. Ambos, hoy asalariados defensores incondicionales del sanchismo, que han sido absorbidos por una maquinaria que administra y reparte el cohecho parlamentario de 179 corruptos con el poder de llevar al país a la ruina.
Esa "salida de emergencia" implica abandonar la OTAN, poner fin a la monarquía y salir de la Unión Europea, para caer en la órbita de los BRICS por un lado y de los países del Foro de São Paulo por otro.
Esta parece ser la única alternativa para un gobierno dispuesto a someter a España, incluso comprando voluntades si es necesario, al tiempo de librarse de una deuda superior al billón y medio de euros que no se tiene intención de devolver.
Tal vez esta visión parezca exagerada o improbable, y, por razones imprevistas, nunca llegue a materializarse. ¡Ojalá! Sin embargo, si observamos la trayectoria de quienes han construido esta situación, el abuso institucional que sufre España, los beneficiarios del acoso, la presión internacional para incrementar el presupuesto de defensa —en contra de los principios de 197 diputados forzados a aceptarlo— y el escenario judicial actual, hay razones de sobra para pensar que la "salida de emergencia" para defenderse atacando en todas direcciones, podría activarse en cualquier momento, mucho antes del 27, y ni que decir tiene, la progresiva caída de la economía en todos los aspectos que vamos a empezar a percibir de forma inmediata, simultaneada con la salida de grandes multinacionales al estilo Ferrovial.