Fue allá por 1975 cuando Carlos Arias Navarro, presidente del gobierno a la sazón, pronunció la frase: “Franco ha muerto”.
No se podía imaginar en aquel entonces a pesar de ser notario de carrera y haber dado fe del hecho luctuoso con su aseveración, que cincuenta años después Franco sigue vivo y es el comodín del actual presidente del gobierno, que le desentierra y entierra a placer, como si con ello cambiara la historia, o denigrara la memoria de lo que fue.
Por cierto, que los restos mortales de Arias Navarro se encuentran junto a los de su mujer en el cementerio de Mingorrubio en el Pardo, por si también le apetece a don “me quedo en la poltrona como sea y a costa de lo que sea” pasar un ratito cambiándoles de tumba, un entretenimiento como otro cualquiera, que presuntamente tiene.
Y eso que ahora se encuentra súper ocupado borrando pistas de corrupciones y cositas parecidas (millones que desaparecen y que de pronto aparecen para adquirir armas que se compran y se descompran a Israel. Hermanito querido que se va, y nunca mejor dicho, con la música a otra parte si es que sabe tocar algo que no sean los enchufes. Mujercita adorada y embadurnada con esencias de cátedra e influencias. Ministros juerguistas y “amantes” (tampoco nunca mejor dicho) de señoritas de muchísima compañía remuneradas con nuestra pasta y etc. y cada vez más etc. y etc.) y lo hace desde la liga árabe, o desde Eurovisión y siempre dale que dale con el mismo tema de Israel y Palestina, y con el beneplácito y apoyo del extraordinario ex presidente Zapatero, ese que le pidió a Sánchez que resista, que siga en el poder, que no lo abandone ni siquiera un instante. Ese que aseguraba que la tierra no es de nadie, solo del viento y al parecer de sus adorables hijitas, creadoras en 2019 de la Empresa Whathefav, que presuntamente gracias a papá va genial desde el 2023 con contratos importantes y Empresas y mina de oro en Venezuela y asociación con un Medio especializado llamado El Server (venezolano por supuesto), cuyo accionariado se mantiene completamente oculto según dicen.
No es de extrañar que yendo tan bien las cosas para sus niñas, mamá Sonsoles, la Sra. Zapatero, cante y cante a pleno pulmón como corista suplente o como lo que sea.
También ha cantado aunque de otra manera Miss Asturias, declarando en sede judicial que Koldo solicitaba de ella por teléfono, cosas oscuras y obscenas.
Todo este conjunto, tal ramillete de florecillas adornan a Sánchez que en su afán de borrar su lodo y su fango distrae la atención del venerable lidiando otros toros, por más que declare estar en contra de la Fiesta Nacional (el caso es mentir).
Y se dedica a Eurovisión pidiendo la exclusión de Israel del festival.
Tal vez este prodigio de criatura no haya caído en la cuenta de que el mayo patrocinador de Eurovisión es precisamente Israel.
Lo cierto es que don ínclito y paráclito, no debería perderse ni un minuto de las celebraciones que ha diseñado acerca del cincuenta aniversario de la muerte del Generalísimo (que es un tema divertidísimo), conmemorándolo con actos tan ingeniosos como “Chistes contra Franco” acción teatral y al parecer artística, conciertos, exposiciones y bla bla bla.
Resulta que cuando Estados Unidos perdió la guerra en Vietnam, para resucitar el honor patrio mancillado, crearon el personaje cinematográfico de Rambo, que se cargaba el solo con gran éxito y solvencia, todo un departamento de policía, y un ejército de seres con ojos rasgados, y lo que hiciera falta incluido el sheriff clásico de la América profunda.
Pedro Sánchez es mucho más guapo que Sylvester Stallone y dirigido por Zapatero en su guion “cineasta” de “me interesa estar a tu lado para demostrarle a Maduro lo que todavía mando y proteger mis negocios” y la actuación estelar del espectro de Francisco Franco, es muy capaz de protagonizar cualquier gesta por malvada, temerosa y tenebrosa que aparezca.
¡Nos ha nacido otro caudillo!