En nuestro hermoso idioma, la frase “dar bandazos” tiene que ver principalmente con alguien que no tiene un rumbo fijo, sino que va de acuerdo a la conveniencia y el devenir del día, asumiendo una posición que con el correr de las horas cambia a una diametralmente opuesta.
Cuando Gustavo Petro era un joven de 14 años, en 1974, el grupo guerrillero M-19 se robaba la espada del Libertador Simón Bolívar para reivindicar la causa libertaría de América. Si Simón José Antonio hubiese estado vivo, usaría esa misma espada para exterminarlos, pero eso es otra historia.
A los 18 años Petro se sumaba a la guerrilla y tomaba las armas, a pesar de que el M-19 no solamente era un grupo hampón, sino además asesino, porque el asesinato de José Raquel Mercado, dirigente sindical al que llamaron “traicionero” fue reivindicado a esa organización.
Cuando la toma del Palacio de Justicia de 1985, evento que dejó más de 100 muertos y desaparecidos, Gustavo, mejor dicho Aureliano, estaba preso. Cuentan que desde la cárcel gritaba por la reivindicación de la masacre, recitando a Marx y proclamando la igualdad del pueblo Latinoamericano. Al Final “Todos somos hijos del Ché”, gritaba el preso que quería ser Aureliano Buendía, pero en realidad estaba más cerca de cualquier sicario de los cárteles de droga, porque al final asesino no es sólo el que mata, sino el que también apoya el asesinato.
Este personaje es hoy Presidente de Colombia, para desgracia de sus ciudadanos que han visto cómo la desidia, la escasez, la propia guerrilla y las bandas armadas regresan a una tierra que pregonaba una relativa paz social.
Gustavo Petro además ha sido una desgracia para pueblos hermanos, ya que como miembro del Foro de Sao Paulo, solamente ha impulsado ideas de una izquierda falsaria y ladrona, que se roba todo para su beneficio personal, incluyendo lo más importante, la ilusión de sus pueblos.
Este sedicioso anuncia que no reconoce a Nicolás Maduro como Presidente porque “No mostró las actas” , buscando el aplauso fácil de los verdaderos aliados de la libertad, solamente para un par de días después, solicitar al gobierno de los Estados Unidos la liberación de Simón Trinidad, el alias de Juvenal Ovidio Palmera Primera, quien está preso en la Supermax de Colorado con sentencias de 60 años por asesino, terrorista, narco y guerrillero. Con ese prontuario, Petro pretende que se libere a uno de los más altos rangos de las FARC y para ello se aprovecha de nuestra crisis en Venezuela.
Cleóbulo de Lindos, uno de los 7 sabios de Grecia, decía “Nada hay en el mundo tan común como la ignorancia y los charlatanes”.
Gustavo Petro, el Guerrillero llamado Aureliano, pertenece a los 2 grupos. Por eso jamás lo creeré ser capaz de desear la Libertad verdadera de Venezuela.