Símbolos sin tiempo

El fuego

El fuego ha sido el auténtico protagonista del verano. Ha sido el ejecutor de un paisaje que molestaba a muchos. Ha sido cobijo de los que pretenden cambiar la naturaleza por placas solares  o por la explotación de otros elementos que les harán mucho más ricos. Pero los políticos españoles estaban de vacaciones. Tomaban el sol y especulaban para seguir gobernando este país decrépito que pide a voces cordura y sensatez. Este país que arde en la desidia de quien impone normas que no tienen sentido. Es patético observar desde las butacas de la primera fila este espectáculo dantesco que deja ver cómo arde esa naturaleza que deberíamos custodiar.

Ha habido mucha más contaminación durante estos días de agosto que la que predican los gobernantes que solamente hablan del cambio climático. Pero nadie ha venido para entender que todo lo que se está haciendo mal podría hacerse bien, que en los pueblos de la España vaciada hay vida plena que se está truncando desde los despachos de los políticos. Que no pueden ser los ecologistas de pacotilla los que dirijan este país que, de momento, se ha salvado porque quedan pueblos en la España vaciada, pueblos sometidos a la especulación arbitraria. Este es el país que arde cuando sus gobernantes están de vacaciones. Es el país que se ha desmembrado porque los intereses de los políticos del gobierno y también de la oposición son solamente intereses personales.

El fuego ha sido aterrador durante los últimos días. Lo viví muy de cerca y vi como ardía una naturaleza que hacía siglos se había preparado para protegernos de otras inclemencias. Ardieron árboles centenarios y bosque milenarios que se han convertido en ceniza que nublará esos ríos que traían aguas transparentes. Es el caos de una sociedad que necesita más armonía y mucha menos política de conveniencia.

El fuego ha sido devastador. Ha acabado con vidas humanas, con millones de seres vivos que eran necesarios en este paisaje oscuro y calcinado ¿Cuanto tiempo pasará antes de que veamos proliferar las primeras placas solares o los aterradores molinos que eclipsan el final de un horizonte? Seguramente muchos intereses están ya a la expectativa, a ver qué sucede en esta España durante los próximos meses.

Los españoles que permanecemos y mantenemos los pueblos más antiguos no merecemos esto.