La mirada de Ulisas

Conflicto Israel Palestina, la degradación del hombre

Bella Clara Ventura
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LA MIRADA DE ULISAS, heredada de la mirada sabia de su abuela, se preocupa y ocupa por tratar de entender el mundo y la humanidad. Y como ejercicio de comprensión se detiene en las palabras pronunciadas por António Guterres, el actual Secretario General de las Naciones Unidas, ante los horrores perpetrados el 7 de octubre en Israel a manos y ultrajes de Hamás. Una posición inicial tomada a la ligera frente a los hechos sucedidos sin verdadero pronunciamiento de condena. Mas luego de haber visto el documento que registra las atrocidades, que los mismos terroristas grabaron en son de victoria, para dejar bien filmado lo que fueron capaces de hacer y deshacer y para ganar crédito ante sus superiores al haber cumplido con lo ordenado: violar, secuestrar, matar, quemar y cometer lo impensable para un cerebro “normal”, las palabras de Antonio cambiaron. Finalmente se hicieron más justas en su contenido. Expresó con el ceño fruncido que estaba frente a la degradación del hombre.

El atisbo de Ulisas se detiene en aquel momento de las apreciaciones para analizar los pormenores. Piensa, que antes de tomar posiciones se debe estar perfectamente informado de los acontecimientos y así poder emitir una crítica o llegar a conclusiones cuando ya se obtiene el asidero suficiente para emitir un concepto. La mayoría de las personas no cumplen con esta regla de oro y de orden. Se precipitan para dar una opinión sin conocer a fondo los hechos ni las consecuencias que implican. La mirada y el corazón de Ulisas nacida en las orillas del Mar Mediterráneo conoce las debilidades del ser, lo que también se podría llamar la falta de conciencia. Resulta fácil emitir una opinión sin el verídico conocimiento de causa. La represalia que Israel le está dando a Hamás en Gaza, no es en son de venganza ni de exterminio del pueblo palestino, se ejecuta en defensa propia y con la imperiosa necesidad de velar por su supervivencia y por la de la civilización occidental basada en las Tablas de la Ley, que bien han servido para detener la bestia que habita en el hombre. De ello dio prueba las grabaciones que los mismos terroristas exhibieron en sus redes para ganar los bienes prometidos por la cúpula de Hamás: debido a sus “maléficas y consentidas acciones” iban a recibir un apartamiento. El corazón de Ulisas, porque no se ha hablado de él, pero llegó el momento de revelar que nuestra protagonista, la mirada viajera que no detiene el paso, tiene un corazón grande que sin velos le dice lo que piensan y sienten a sus ojos. Importante resaltar la conexión que existe entre el ver y el sentir. A la mirada exploradora de Ulisas le es indispensable subrayarlo. Fue lo que le sucedió a Antonio, (y que le perdone este personaje tan importante que la vista de Ulisas lo trate con tanta familiaridad), pero esa ojeada se basa en borrar barreras y dejar prejuicios de lado para hacerse a la realidad con hechos demostrables y no con ideas irreflexivas que llevan a errores y a precipitaciones, que al juicio no le hacen justicia. Ella, con el mirar de ojos claros, que a veces se oscurecen cuando ve tanta maldad, desea mostrar su habilidad en analizar las tareas ajenas, al tomar en cuenta su fiel cumplimiento y desarrollo. Un trabajo ecuánime que se debe desarrollar con imparcialidad. La que se pierde cuando la objetividad va por otros caminos y el interés de cualquier tipo impera. Llegó el momento de ver lo que sucede en el mundo y porque la humanidad se ve abocada a defender lo que denomina la luz versus la oscuridad, donde moran valores que disienten de las conquistas obtenidas durante siglos con dolorosas batallas para consolidar un mundo un tanto más viable y llevadero. Occidente se ha propuesto ser el estandarte de principios más humanistas, mientras la mirada de Ulisas ve que, en otros lares que ella misma visita de forma soterrada y quizá algo entrometida, gracias a su condición etérea que le permite el don de la ubicuidad y de tener la velocidad de la luz en sus pupilas, no obedecen a esos valores, que tanta sangre le han costado a la cultura occidental. Se olvida el precio que se ha pagado para intentar erradicar la oscuridad y alcanzar algo más de luz en la conducta humana, donde las mujeres han logrado derechos y los denominados diferentes, su lugar.

Israel le pone el pecho a esta defensa y si bien muchos países  recriminan la represalia a los terroristas, la mirada de Ulisas, tratando de ser justiciera, sabe que toda guerra acarrea injusticias y dolores, pero los provechos a futuro demostrarán que la guerra no fue vana: había que exterminar la ciudad subterránea del terror donde los túneles y la infraestructura lograda iban a llevar a un desastre universal. Los mismos habitantes de Gaza denuncian los abusos de sus gobernantes, cuando llega la ayuda humanitaria son ellos los que se sirven y dejan a la población en la miseria. Un mundo que la mirada de Ulisas y su sensibilidad no pueden pasar por alto.  Tanto dinero destinado al mal, mientras que todas las ayudas internacionales, ¡¡qué no han sido pocas!! Hubiesen podido dar un universo de luz y de provecho a sus ciudadanos y no exponerlos a la dificultad de verse perseguidos ni arrastrados a buscar refugios en otras zonas, que les permiten los guerreros de la luz. Ellos, esos soldados de Israel, sus supuestos enemigos  se toman la molestia de avisar y velar para que los efectos colaterales sean menores y no hallen la muerte en el momento de algún bombardeo dirigido a acabar con los sitios estratégicos del armamento de Hamás, que para los terroristas bien pueden estar ubicados en colegios, hospitales, residencias y lugares que saben que el ejército israelí no va a atacar sin anunciar, mientras la ironía se hace evidente: los jefes de Hamás sin escrúpulos los matan o les prohíben abandonar el sitio bajo la amenaza de muerte.

Se proponen aumentar sus bajas con tal de aparecer víctimas, cuando se olvida que son los célebres victimarios. Y Egipto, donde residen sus hermanos, no les permite llegar a sus orillas. Tal vez sepa que clase de personas van a invadir su territorio y evitan la migración. Todas esas consideraciones se enredan en la mirada de Ulisas para tratar de comprender el alcance del conflicto y el motivo de juicios que se libran sin darle cabida a las circunstancias ni analizar los puntos de vista despojados de sesgos bajo la loable consideración que ameritan los hechos por tristes que sean. El mundo también debe mantener una visión más neutral al analizar los pros y los contras de lo que sucede en su entorno. La mirada de Ulisas no halla enfoque en la oscuridad, busca la luz, su aliada, para poder ver más diáfano y abrazar con su corazón dolido la realidad. Como se repite en ladino: “Reuchida buena”, que todo resulte por lo mejor y que el planeta Tierra halle su buen destino bajo nuevos brillos y la fraternidad indispensable para lograrlo.

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