Sanmao es un niño huérfano, desvalido, que va por las calles de la populosa Shanghái inicios del siglo XX, enfrentado a múltiples aventuras donde se observa el maltrato de una sociedad que vive de manera lujosa y decadente y apenas se percata de la existencia de este chico creado por Zhang Leping como radiografía de esa China anterior a la Revolución Cultural.
El chico se introduce en teatros, tiendas, y es testigo de la vida callejera entre gente humilde o potentados, entre conductores de rickshaws o buhoneros de cuadra. Este niño que solo tiene tres pelos en su cabeza y va descalzo, observa también los abrigos de piel y el brillo de las joyas a la salida de la ópera.
Sus aventuras acaban de ser publicadas en Colombia por Piedra Tijera Papel, con traducción de Luis Cantillo, prólogos de Zhang Weijun, hijo menor del maestro Leping, y la escritora taiwanesa Chen Ping; el diseño es de Juan Pablo Fajardo y Laura Pérez y la corrección de estilo estuvo a cargo de Paola Caballero.
Sanmao ha sido comparado con TinTín, el héroe de Hergé que recorrió el mundo entre embarcaciones de piratas y contrabandistas, traficantes de camellos y aventureros, acompañado por su perrito Milú, con pantalones a media caña y mocasines, siempre entre el azoro y la buena suerte.
Para el mundo hispano es maravilla contar hoy con este cómic chino que tiene ya Casa Museo en Shanghái, el que fuera lugar de residencia de Zhang Leping.
Todos los cuadros ilustrados que aparecen en el libro tienen un título pero son silentes, debido al alto grado de analfabetismo que se observaba en China a inicios del pasado siglo. Cantillo manifiesta al inicio del libro que esta historieta “Crónicas de Sanmao” (1947-1949), apareció regularmente en el periódico Dagong de Shanghái y a los pocos años se dio a conocer de manera independiente. Cantillo, Doctor en Artes, adelantó estudios superiores en China y ha sido profesor de español en esa nación, fue coordinador académico de la Casa de la Amistad China de la Universidad del Valle y editor de la revista Mareas Pacífico. Editó igualmente la revista de Amigos de China en Colombia y tradujo del mandarín los cuentos "El invitado tigre" (2022) y “La piel pintada” (2023), para la editorial Cajón de Sastre. Reside en Cali. Del invitado tigre existe una versión de Jorge Luis Borges.
La escritora Chen Ping, autora de la novela “Cuentos del Sahara” escribió en 1989: “Al gran maestro chino de la caricatura, el señor Zhang Leping, lo he tenido presente en los últimos años y no se debe a que hoy en día en ambas orillas, China y Taiwán, comenzaron a dialogar. Cuando tenía tres años de edad, el primer libro “para niños” que sostuve en mis manos fue precisamente uno del personaje creado por el maestro Zhang Leping, aquel pequeño vagabundo llamado Sanmao. Recuerdo que aquel entonces conocía tan solo doscientos o trescientos caracteres y además no entendía nada de las dichas y desgracias de este mundo. Sin embargo, el libro Crónicas de Sanmao hizo que en mi pequeño corazón se produjera un despertar de la conciencia social. Crecí en una casa grande en Nanjing donde pasé mi infancia; cuánto no me dio este libro para comprender esta sociedad donde hay tantos niños en la extrema miseria, deambulando por las calles, abandonados por sus parientes, en metrópolis donde luchan por sobrevivir, en una existencia miserable, sin un techo donde guarecerse…”
El propio Zhang Leping, autor de Sanmao, escribió en 1949: “Ya tomada la decisión de no utilizar diálogo para crear el cómic de Sanmao, cada vez que salía de mi cuarto a las calles veía por todas partes personajes que me ayudaban a crear la historieta. Estos personajes eran siempre niños raquíticos, vestidos con andrajos, sin un lugar donde resguardarse del frío ni de la lluvia, ni qué hablar de disfrutar de un cálido hogar o recibir educación. Prometí que mis dibujos siempre denunciarían la injusticia en nombre de esos pobres niños inocentes”.