PEN Colombia de Escritores

Colores de la memoria (I)

Así se intitula la Antología de 50 poetas Caribe y Pacífico –escritores todos colombianos--, publicada por el Grupo editorial Sial Pigmalión de España, bajo la dirección del poeta y editor Basilio Rodríguez Cañada (Madrid, enero de 2024, 460 páginas).

Referimos en primer lugar los estudios de las Letras del Caribe continental e insular y la visión desde Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, cuyo primer número rendía homenaje al poeta, narrador, cronista y pintor Héctor Rojas Herazo: <<Estamos convencidos de que es posible delinear la actividad literaria en el área del Caribe como un corpus específico que tiene relaciones internas y externas con Hispanoamérica y el resto del mundo.>>

“El planteamiento de una literatura del Caribe hispano y no hispano, ha sido objeto de múltiples investigaciones en la región, especialmente fuera de Colombia. Investigadores, críticos y ensayistas como Iliana Rodríguez, Torres Seillant, Palmer, Cornejo Polar, Coulthard, Donnell y Lauson, Condé y Lonsdale, Bryce Davis y Fido, Rodríguez, Baeza, González, Barradas, Smorkaloff, Breiner, Arnold, entre otros, han desarrollado trabajos que pretenden caracterizar la producción literaria del Caribe, ubicarla sociohistóricamente, e incluso seleccionarla como corpus de antología."

“Estas investigaciones han demostrado que se puede construir un marco conceptual que define el Caribe como área social y cultural, basado en aspectos históricos, políticos y económicos; éste marco parte de rasgos como ‘creolización’, (pluralismo, diversidad y sincretismo), la totalización, los tipos de identidad etno-nacional, etno-local, nacional-universal y transcaribeña, y prácticas semióticas específicas (tradición oral, carnavalización…)."

“Esta caracterización sustenta lo que Zimmerman denomina una poética de la literatura del Caribe, que posee rasgos específicos y otros asociados con la literatura hispanoamericana y mundial."

“Arnold, entre otros, ha propuesto un canon literario caribeño. Los trabajos iniciales –desde 1950 y 1960— de V. S. Naipol, G. Camming, Selvon, W. Harris, Derek Walcott y K. Brathwaite, apuntan al Caribe anglófono."

“Breuner y otros lo harán respecto al Caribe francófono, incluyendo la poesía de Haití de los años veinte y treinta, la poesía negrista de Cuba y los orígenes del movimiento de negritud."

“En el caso del Caribe colombiano (…), la tradición estética de ruptura se genera en la década del sesenta en la narrativa [enumeremos nosotros a García Márquez, Rojas Herazo, Fuenmayor, Cepeda Samudio, Espinosa, Burgos Cantor, etc.], y en la poesía, un hito lo marca Luis Carlos López en la época comprendida entre 1900 y 1910 [nombremos así mismo a Rojas Herazo, Meira Delmar, Manuel Zapata Olivella, Germán Espinosa, Margarita Galindo, Raúl Gómez Jattin, Jorge Marel, J. L. Día-Granados, J. L. Garcés, Monique Facuseth. N. Carbonell, Rómulo Bustos, Lidia Corcione C. Vivian Giamo, Gustavo Tatis, Vito Apushana, Fernando Denis, etc.]."

 Es un campo amplio, para el cual se requerirían y requerirán numerosas investigaciones, anotábamos, <<que desvelen aspectos cruciales de esa poética o estética caribeña, que revelen sus vasos comunicantes con la literatura hispanoamericana y contribuyan al afianzamiento de la identidad de la región >> (pp. 7-8, Barranquilla, 2005.).

Poéticas versus historias únicas

En la Antología Colores de la memoria 50 poetas Caribe y Pacífico, abordamos la oposición entre una poética de la literatura del Caribe y ‘las historias únicas', a desmantelar o de-construir (en la perspectiva de un Derridá).

Kandya Obeso (oct. 2023), El Tiempo recuerda que en el año 2009, <<en uno de sus más poderosos discursos, la escritora y novelista nigeriana Chimamanda Nnozi Adiche, advertía de los peligros de una sola historia (…). Adiche resaltaba que si solo escuchamos el relato sobre una persona, una comunidad o una nación, (correríamos) el riesgo de caer en una incomprensión grave, pues una sola historia se convierte en la única historia.>>

“En los relatos –continuaba Obeso— sobre los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas han primado las historias únicas. Un conjunto de narrativas dominantes basadas en estereotipos y prejuicios han hecho carrera en la memoria colectiva de nuestra sociedad como pretensión legítima para nombrar y entender a los otros. La repetición de relatos incompletos y la insistencia en ciertos aspectos negativos han terminado por desconocer la capacidad de agencia de los individuos que hacemos parte de estos  grupos étnicos y de paso restarles validez a justos reclamos. La complejidad y diversidad de nuestras vidas y varias identidades no deberían quedar colapsadas en descripciones simplistas, que se vuelven gasolina para reforzar y perpetuar formas variadas de exclusión y discriminación."

Y como alternativa platea: << A la luz de las violencias simbólicas y físicas, tanto las pasadas como las más recientes padecidas por las poblaciones étnicas, va quedando claro la necesidad de desmantelar las historias únicas. Una forma de hacerlo es habilitar espacios para que esas voces sistemáticas e históricamente acalladas puedan también ser escuchadas (…), una posibilidad real de acortar distancias y tender puentes para democratizar la producción y el acceso a información en un mundo cada vez más polarizado y repleto de noticias sin contexto >>.

Los enunciados anteriores sobre una poética de la literatura del Caribe y una visión plural sobre la misma, sus autores y obras, constituyen el marco explícito para adentrarnos en la Antología Colores de la memoria.

Colores de la memoria -   Carlos Vásquez – Zawadzki
Colores de la memoria - Carlos Vásquez – Zawadzki

Dos autores / dos poemas

CANDELARIO OBESO (nacido en 1849), un caminante errante por la Mojana, Magangué, Santa Marta y Bogotá. Autor de una Gramática de la lengua castellana y la novela La familia Pigmalión; según Burgos Cantor: <<Obeso revela el límite de la aventura poética y la propuesta de una poesía inesperada y en el momento novedosa>>. Traductor de poetas franceses, ingleses y alemanes, será el autor de Cantos populares de mi tierra, publicados en 1877.

Canto del montará

Eta vira solitaria / que aquí llevo / con mi jembra y con mi s’hijo / y mis perros, / no la cambio por la vira / re los pueblos…/ no me farta ni tabaco / ni alimento; / re mi pacmas ejc er vino / má que gueno, / Y er guarapo re mi cañas / etupendo…! / Aquí nairen me aturruga; / er Prefeto / y la tropa comisaria / viven lejo; / re moquitos y culebras / nara temo; / pa lo trigues ta mi troja / cuando ruecmo… / lo alimales tienen toros / su remerio; / si no hay contra conocía / pa er Gobierno; / conque asina yo no cambio / lo que tengo / poc la cosas que otro tienen / en lo pueblos…

LUIS CARLOS LÓPEZ (nacido en Cartagena en 1879), << un humanista y un hombre leal >>, afirma G. Espinosa. Su primer libro, De un villorrio. Dirá de sí mismo: << Soy eminentemente andiscio y Cartagena lo es en sumo grado >>: nunca querrá ser otra cosa que un habitante de la zona tórrida. En 1920 publicará su libro esencial: Por el atajo. Se nutrirá de la liberación formal y la imaginería, las flexibilidades del verso, el juego con el verso libre, los encabalgamientos y ciertas formas acentuales. Con Darío, Lugones y Herrera Reissig construirá su poética: contrapunteo entre lo lírico y lo prosaico, obteniendo un súbito sacudimiento armónico, una mezcla entre lo culto y lo popular e inclinación a la rima rica, afirmará G. Espinosa.

De tierra caliente

Flota en el horizonte opaco dejo / crepuscular. La noche se avecina / bostezando. Y el mar, bilioso y viejo, / duerme como con sueño de morfina.

Todo está en laxitud bajo el reflejo / de la tarde invernal, la campesina / tarde de la cigarra, del cangrejo / y de la fuga de la golondrina.

Cabecean las aspas del molino / como con neurastenia. En el camino, / tirando el carretón de la alquería.

Marchan dos bueyes con un ritmo amargo / llevando en su mirar, mimoso y largo, / la dejadez de la melancolía.