Símbolos sin tiempo

Cojo un huevo y Lobato, Lobato, Lobato

Juan Lobato es el huevo que todos quieren batir. Es el del silogismo filosófico que aún no se ha resuelto porque no se sabe si fue antes el huevo o la gallina… Es el que se lo ha puesto a huevo a algunos socialistas que de un modo comedido lo justifican señalando incluso su valía. Pero lo dicen, casi todos, con la boca pequeña. Lo hacen de un modo mesurado para que no se enfade demasiado al jefe Sánchez. Porque si el jefe se cabrea podrían acabar siendo de la misma sustancia que la nueva tortilla “lobatuna”, con cecina de oso y frutos de madroño. Susana Díaz habló con mucho tiento porque quiere a toda costa seguir siendo senadora y no se juega el puesto así como así. El parlanchín García -Page, que sigue siendo presidente de Castilla-La Mancha, otra vez no ha dicho nada que pudiera ofenderle al jefe de la tribu. Pero habló por hablar. Solamente dijo que la labor de Lobato en la política ha sido impecable. El líder de los extremeños socialistas también dijo algo realmente ilegible y muy descafeinado. Tampoco dijo nada. Y Tomás Gómez, expresidente del Partido Socialista de Madrid, no se anduvo por las ramas y se atrevió a decir que a Sánchez no le queda mucho tiempo frente al Gobierno de España. Incluso dijo que la cena de Nochebuena del presidente Sánchez estará llena de personas inmersas en procesos judiciales…

 Juan Lobato, el protagonista de la historia de demasiados casos de corrupción, sigue y seguirá siendo el actual pagano que purgue por el jefe. Pero nada ha terminado. Todo continúa. Testificó durante algo más de hora y media ante el tribunal Supremo después de haber dimitido como secretario de los socialistas madrileños. Luego el mundo continuará debilitando y cuestionando al puto jefe de Óscar Puente. Pero, ya hay sustitutos de la cuerda de Moncloa que actuarán sin salirse de los carriles señalados. El tal Jesús Celada iniciará una andadura para volverse a estrellar. Para batir de nuevo los huevos de Lobato y hacer una tortilla incomestible.

El PSOE se dará un aplauso a sí mismo por lo bien que lo hace. Ya que el 41 Congreso Federal del PSOE nace renqueando. Nace cojo, herido, dañino, esquivo, ebrio, huraño, patético, e incluso nace muerto. Pero no se preocupen. Sánchez lo querrá resucitar y tal vez lo consiga.

Lobato, El Fiscal General del Estado, Begoña, Ábalos, Koldo y todos los demás seguirán debatiendo o silenciando sus excelsas patrañas. Oscar Puente hará de malo y bravucón, las ministras saldrán por la tangente, Sánchez pervivirá en el vértigo y seguirá comprando su gobierno a vascos y catalanes. Pagará lo que tenga que pagar: tira con pólvora ajena. Pero esta vez estará acorralado por tanta corrupción. Y mientras, Óscar López, se frotará las manos. Un traidor que es ministro…