Sencillamente irresistibles

COGITO ERGO SUM

Rosy
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Aceptada por Francia y Alemania por fin y al fin, a pesar de la lentitud del proceso, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, prepara sus maletas y presidirá el Banco Europeo de Inversiones en sustitución del alemán Werner Hoyer, 

Es hija del primer director general que hubo de la RTVE socialista, licenciada en Ciencias Económicas y en Derecho y funcionaria de la Administración como miembro del cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.

Ha impartido clases de Política Económica y Sistema Financiero, publicado artículos al respecto, galardonada con varios premios y elegida en el 2021 presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC), principal órgano consultivo de la Junta de Gobernadores del mismo, un puesto que asumió  por dos años compatibilizandolo con sus tareas de ministra y vicepresidenta del gobierno español.

Oh cielos, que mujer tan “pluriculta” y valiosa como un lingote de oro. 

Ha sido báculo Sanchista  para cualquier “ocurrencia” incrustada en el “Somos los que mandamos” y para obtener  el poder propio y de su jefe, desde su pódium de hablar cuatro idiomas (español, francés, inglés y alemán) y tener aspecto de “muñeca” vestida de azul, con su chaquetita y su canesú.

Es una pena que con tantísima calificación a cuestas se haya trasladado del liberalismo al “izquierdismo atroz” y que como ministra de Economía haya errado en las cuentas, en las predicciones de crecimiento (desmentidas por el Banco de España), y sobre todo en sus acciones “enchufistas” de “agente de colocaciones familiares y sálvese quien pueda”. 

Ciertamente sus presuntos centrismo y moderación eran quizás un espejismo, porque  prestamente “colo” a su marido Manrique de Lara como jefe de estrategia comercial y marketing en Patrimonio Nacional  (aunque pronto este señor esposo consorte tuvo que dimitir por el escandalazo que se organizó), pero ella lejos de corregirse puso a dedo a su hijo Daniel Manrique de Lara en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) según el diario ‘Vozpópuli’ y  aun a pesar de que al parecer la institución financiera tiene unas normas y un código ético para evitar que se favorezca o contrate a familiares.

Pero conviene entenderlo, Nadia se traga muchos sapos porque es muy madre de cuatro hijos que hay que colocar antes o después. Además, la suya propia, su mami, era profesora de piano y a ella esa herencia (también hizo solfeo y demás), la impulsa, por decirlo de manera musical, a “tocar todas las teclas” sobre todo las del MI y las del SI, de los cargos públicos.

Y cabría preguntarse si una persona tan inteligente, titulada y perfeccionista, de altas calificaciones y meteórica ascensión al ladito de Sánchez como un pan con jamón, es consciente de las “aberraciones” ejecutadas por su jefe con su beneplácito sobre la amnistía, sobre el donde dije digo, ahora lo niego, sobre la ruptura de nuestro país –que es el suyo-  y sobre el “abono a un prófugo” de miles de millones a cambio de unos votos raquíticos, o por el contrario, se mueve entre notas fusas y difusas al respecto.

En el primer caso, el más probable según CV, es  más de lo mismo: pura desfaSanchez, o desfachatez (da igual). En el segundo, en el supuesto de no haber profundizado en la trama, o considerar (como reconoce ahora que se va, que la soporta  ¿por el bien de España?) indica que será un brillante, pero muy en bruto brutísimo (con perdón).

Y alla en el Banco Europeo de inversiones que esta señora va a presidir, encargado de conceder financiación para proyectos que contribuyan a lograr los objetivos de la UE, interiores y exteriores, seguro que pasaran por sus manos millones y requetemillones de dineros. 

Pero ¿Fluirá por tan ilustrísima cabeza, dada la demostrada trayectoria favorecedora de los suyos saltándose lo que haya que saltarse, la forma de emplearlos del modo más igualitario y correcto?

Cabe dudarlo y no por malos pensamientos, sino por Cartesianismo el Método creado por René Descartes, basado en el escepticismo metodológico: se duda de cada idea que pueda ser dudada. “Cogito ergo sum, es decir Pienso, luego existo” y en estos tiempos de nombramientos fulgurantes y “cambios de opinión” continuos,  si se piensa, no hay más remedio que dudar.

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