Crónicas de nuestro tiempo

Bendita España

Nos sentimos políticamente amenazados pero la realidad es, que, si leemos sobre países en otros continentes, salvo Estados Unidos, veremos que el nuestro goza de un bienestar y servicios de primera división en la liga internacional. Otra cosa será el devenir sanchista.

Lo cierto, es que no nos enteramos, y conviene saberlo, para darnos cuenta de la criminalidad humana dependiendo de donde se domestique el animal salvaje que los hombres llevamos dentro y las mujeres NO.  Sólo este detalle morfo/análogo/biológico natural, demuestra el error del hagiógrafo bíblico machista, de haber creado al hombre primero, cuando lo lógico es que la mujer, siendo creadora de vida, hubiese sido antes, y el hombre una especie de sucedáneo con más defectos que virtudes en proceso de restauración, después.

Vamos a analizar un caso espeluznante después de haber alcanzado occidente el nivel de corte de aprobado cívico, gracias al miedo a la ley; la cultura, la convivencia y la sociedad.

"Vanni" es una tradición que se practica en algunas zonas rurales de Pakistán, al igual que en Irán se ahorca a los homosexuales; se sigue practicando la extirpación del clítoris en algunos países musulmanes, o, se amañan los matrimonios infantiles.

En este caso "Vanni" es una costumbre  que consiste en entregar a chicas menores de edad como compensación cuando hay una disputa. Esto sucede bajo la supervisión de los ancianos de la tribu o del pueblo, y que recibe el nombre de “Jirga”. Esto es algo ilegal, pero se sigue practicando, al igual que los ritos gitanos; la brujería; la comunicación con los muertos; la posesión de hasta 4 mujeres según el rito musulmán (.!.) Y más cosas que prefiero no mencionar para no herir sensibilidades que hieren a otras sensibilidades sin ningún miramiento.

Parece como si fuera un matrimonio forzado, pero en realidad es una condena de por vida para la chica porque tiene que servir incondicionalmente al cerdo a quien ha sido entregada como quien entrega una prenda.

La esclavitud o la trata, sería la mejor palabra para referirnos a esto. Las chicas se tienen que enfrentar a todo tipo de abusos, carecen de voz y a nadie les importa lo que pueda ser de ellas. Se convierten en una esclava sometida a un asqueroso que las usa, agrede y desprecia a voluntad.

Una vez, un hombre joven en una aldea pakistaní, había herido a otra persona con un cuchillo, y más tarde en la comisaría de policía/juzgado, este agresor, en compensación al agredido, se comprometió en entregar a su hermana pequeña de tan solo 13 años al hombre herido.

No hay palabras para expresar la crueldad de cada una de las personas que participan en esta atrocidad. Para ellos, las chicas no son seres humanos sino una especie de bien con el que compensar a otro cerdo cuando se meten en problemas.

Esto es algo importante que necesita ser narrado para que ateos y beatos, sepan la realidad criminal humana al margen de rezos, creencias y costumbres sobre lo que se sigue practicando sin que la conciencia humana y mucho menos divina, lo impida.

Vidas inocentes quedan arruinadas para siempre, como fue el caso de Saima y Bushra, dos niñas menores  recientemente usadas como moneda de cambio para ajustar disputas en Pakistán.

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En pleno siglo XXI, dos mil cien años de nuestra Era común, y más de quinientos millones de años de vida en la tierra, los humanos de distintas civilizaciones y continentes, todavía mantienen rituales ancestros de tribus salvajes, donde la ciencia y la cultura no ha llegado a la par que la tecnología.

La esclavitud, la trata, la prostitución, las bandas organizadas, el tráfico de drogas, la corrupción, la injusticia, el terrorismo y toda esa lacra de criminales barbaridades qué,  generalmente no afloran de las mujeres (salvo la prostitución).

Por eso, en esencia, lógica y razón, la mujer es un ser humano de naturaleza divina, y el hombre, generalmente un rustico animal racional a medias, que todavía no ha alcanzado las virtudes humanas de la mujer, capaz de violar, emborracharse, traficar, asesinar, robar, abusar, estafar, maltratar, trabajar, investigar, y aparearse en pareja o como gallo... ¡Vaya fracaso que le salió al hagiógrafo que haciéndose pasar por Dios, escribió lo del barro y la costilla! Si no fuera porque la evolución cívica ha jugado un papel Re conductor y cada vez somos mejores sujetando al ancestro innato, todavía estaríamos en el medievo.

Debemos hablar y actuar contra esta vileza para asegurar la vida y honor de las niñas y las mujeres. No importa que se trate de una tradición que cada vez se practique menos.
Debemos concienciarnos para conseguir doblegar y exterminar la graciosa imagen y semejanza, que tanto daño ha hecho y hace en el mundo, ahora acompañados por los movimientos Woke, LGTBIQ+, agenda 20/30-50, UE, comunistas, bolivarianos, sectarios y el padre reproductor de todos ellos que, en fase de eyaculación pocha, los engendró sin que su pobre mujer se diera cuenta, y ahora apechugamos todos.