¿Qué es lo más grave de la política? Lo más grave y repugnante son las actitudes, y esas actitudes nos llevan a despejar la ecuación: muchas actitudes reflejan escasas aptitudes. Muchos de los políticos actuales (no todos) plasman esas escasas aptitudes en fotografías, declaraciones de prensa, intervenciones parlamentarias..., y en esa plasmación rozan el ridículo. Por supuesto que esto es una opinión personal, y que para algunos seguidores acérrimos de los partidos, sus líderes lo estarán haciendo perfecto, o sólo ven los ridículos y defectos en los que pertenecen a otra ideología... ¡Sí! Todas las opiniones están sujetas a nuestras fobias, querencias y manías. En este ridículo caen políticos de todos los colores. ¿Dónde se nota más ese ridículo, consecuencia de las pocas aptitudes para dedicarse una persona a la política? En los cambios de opinión y de criterio, y en eso la izquierda política es experta. También es notorio cuando algún que otro personaje que se hace llamar político interviene con una voz falta de naturalidad, es decir, lo que se llama voz fingida. También tienen nulas aptitudes para la política, los que se hacen repetitivos en un mismo discurso, ya que dan a entender al receptor que no lo entienden, y lo más ridículo es expresar poca claridad, y esta poca claridad lleva siempre a provocar confusión, y en maestros de la confusión son líderes Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo... Es cuando te preguntas qué tipo de asesores tendrán, pero desde luego poco favor les hacen, y es que muchos de estos politiquillos de poca clase de hoy se quedaron con la frase de Marilyn Monroe: "es mejor ser absolutamente ridículo, que absolutamente aburrido"... El problema está en que muchos son a la misma vez ridículos y aburridos, y ejemplos son Carles Puigdemont, Salvador Illa y Oriol Junqueras. Acabando: con políticos aburridos, sin aptitudes y ridículos, no se solucionan los problemas de España.
