Eléctricos

Icing: la práctica que bloquea la recarga eléctrica y puede costarte hasta 200€

La DGT sanciona con hasta 200 € a los conductores que bloqueen con coches de combustión las plazas de recarga eléctrica, una práctica incívica que frena el avance de la movilidad sostenible en España.
Un coche eléctrico carga su batería en un aparcamiento - Foto de 123FR/Nemesio Jiménez
photo_camera Un coche eléctrico carga su batería en un aparcamiento - Foto de 123FR/Nemesio Jiménez

Imagina llegar a un punto de recarga con la batería al 5 % y descubrir que la plaza está ocupada por un coche de gasolina que ni siquiera necesita enchufarse. Esa práctica, cada vez más habitual en España, tiene nombre propio: icing. Y no solo supone un problema de civismo: puede costar hasta 200 euros de multa.

La movilidad eléctrica acelera en España

La movilidad eléctrica ya no es futuro, es presente. En el primer semestre de 2025 se matricularon en España 115.710 vehículos electrificados, un 79,1% más que en el mismo periodo del año anterior, acercándose a las cifras de todo 2024. Solo en junio, el mercado alcanzó un récord histórico: más de 11.000 coches eléctricos en un solo mes, el doble que en 2024, según datos de ANFAC.

La transición hacia un parque automovilístico más limpio es imparable, pero también exige una red de recarga eficaz y el respeto de todos los conductores. Es aquí donde el icing se convierte en un obstáculo.

¿Qué es exactamente el icing?

El término procede del acrónimo ICE (Internal Combustion Engine), que hace referencia a los motores de combustión interna. En el ámbito de la movilidad, describe la acción de aparcar un vehículo de gasolina o diésel en una plaza destinada exclusivamente a la recarga de coches eléctricos.

Estas plazas están marcadas con pintura verde y la señal R-308, que incluye el pictograma de un enchufe. Sin embargo, no es raro verlas ocupadas en centros comerciales, gasolineras o incluso en plena calle.

La consecuencia es clara: un conductor que necesita cargar se queda sin acceso, lo que genera retrasos, frustración y una ralentización indirecta del proceso hacia la movilidad cero emisiones.

La respuesta de la DGT: sanciones de hasta 200 €

La Dirección General de Tráfico ha tipificado esta conducta como infracción grave. Quien aparque en una plaza de recarga sin estar utilizándola para ese fin puede enfrentarse a multas de 100 a 200 euros.

Si el pago se realiza de manera anticipada, la sanción se reduce a 100 €, pero no implica pérdida de puntos. En algunos casos, además, los agentes municipales pueden ordenar la retirada del vehículo por la grúa.

Aunque el término icing no aparece literalmente en la Ley de Tráfico, la DGT aplica el artículo 76, que sanciona el estacionamiento indebido en lugares reservados. La competencia para imponer la sanción recae en la policía local o municipal, dado que la mayoría de puntos de recarga se encuentran en zonas urbanas.

Un problema de civismo, más allá de la multa

El icing no es solo una infracción: es una falta de respeto hacia la convivencia vial. Igual que nadie debería ocupar una plaza reservada para personas con movilidad reducida, tampoco debería bloquearse una infraestructura pensada para un servicio esencial.

En países como Alemania o Noruega, pioneros en movilidad eléctrica, el icing está duramente penalizado con sanciones económicas más severas y retirada inmediata del vehículo. España empieza a seguir ese camino.

Asociaciones de usuarios, como la AUVE (Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos), insisten en que el respeto a estas plazas es fundamental: “Cada punto de recarga cuenta. Ocuparlo sin motivo supone frenar a miles de personas que han apostado por una movilidad más sostenible”.

¿Qué hacer si recibes una multa por icing?

La señalización poco clara, errores administrativos o una tramitación incorrecta pueden dar lugar a sanciones injustas. En esos casos, conviene:

  • Revisar el expediente para comprobar la validez de la infracción.
  • Presentar recurso en caso de que la sanción no se ajuste a la realidad.
  • Contar con asesoramiento especializado para defender tus derechos y evitar pagar una multa improcedente.

Puntos clave sobre el icing

¿Cuánto cuesta la multa por icing en España?

La sanción oscila entre 100 y 200 euros, dependiendo del procedimiento y del pronto pago.

¿Me pueden llevar el coche con grúa?

Sí, la policía local puede ordenar la retirada del vehículo si considera que la infracción bloquea el uso de la plaza.

¿Pierdo puntos del carnet si me multan por icing?

No, esta infracción no implica pérdida de puntos, aunque sí puede generar costes adicionales por la grúa y depósito municipal.

¿Cómo puedo recurrir una multa de este tipo?

Se puede presentar recurso si hay fallos en la señalización, en la identificación del vehículo o en la tramitación administrativa.

Cuando se precisan de normas para mantener la normal convicencia

La movilidad eléctrica pisa fuerte en España, con cifras de matriculaciones en ascenso y un futuro que apunta hacia la sostenibilidad. Pero para que esta transición sea efectiva, se necesita más que puntos de recarga: se necesita respeto y civismo.

El icing no es un simple despiste: es un freno colectivo. Y la multa de hasta 200 € es un recordatorio de que la convivencia vial también se mide en responsabilidad compartida.