Entrevista

Amalio de Marichalar: "Estamos por encima de ideologías. Nos une la defensa de la Constitución y la reconciliación entre los españoles"

Este pasado domingo, la ciudad de Burgos ha sido escenario de un acto ciudadano promovido por distintas plataformas de la sociedad civil para denunciar lo que consideran una deriva autoritaria del actual Gobierno y reclamar la dimisión del presidente y la convocatoria de elecciones
Amalio de Marichalar
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Uno de los impulsores del acto ha sido Amalio de Marichalar, coordinador del movimiento “De español a español por la Constitución”, quien atiende a El Diario de Madrid para explicar el sentido profundo de esta movilización, subrayando que «todo nace de una serena ilusión compartida».

«Esto no es un tema ideológico. Estamos por encima de ideologías»

¿Cuál es el origen de la movilización celebrada hoy en Burgos?

Los antecedentes son muy sencillos: el hartazgo de la sociedad civil, de los españoles de a pie, pensemos lo que pensemos. Esto no es un tema ideológico. Estamos por encima de ideologías. Nuestra gran preocupación es que desaparezca el abrazo que nos dimos todos los españoles hace varias décadas, ese gesto de reconciliación que supuso la Transición y la Constitución. Y eso se está traicionando gravemente.

Pero no desde el pesimismo. Lo que ha nacido es una ilusión compartida, serena, nacida de ese “Espíritu de Burgos” que nos une desde el respeto y el sentido común. Ese espíritu es una antorcha de libertad que nos impulsa a aunar fuerzas, sin importar de dónde vengamos ideológicamente, para regenerar urgentemente nuestra democracia. Frente al ataque directo a los fundamentos de nuestra convivencia, nace algo en positivo: la voluntad firme de no resignarse, de reivindicar lo que nos une.

El “Espíritu de Burgos” simboliza eso: la esperanza frente al fatalismo, la coherencia frente a la mentira, el sentido común frente a la deriva política actual. Aunque fuésemos veinte, lo importante es que detrás puede haber muchos más. No importa cuántos seamos físicamente, sino lo que representamos: una ciudadanía que no quiere rendirse.

¿Qué papel tienen las víctimas del terrorismo en esta denuncia que hacéis desde la sociedad civil?

Son fundamentales. Son la columna vertebral de nuestra democracia. El ataque a su dignidad y a la de sus familias es inasumible. Lo que hemos visto estos días, con las imágenes en Suiza, en Waterloo o en Moncloa, representa el culmen de la ignominia. Una humillación y una traición inenarrable del presidente del Gobierno. Y los españoles de a pie les debemos una deuda de honor permanente, y hemos querido desagraviarlas en Burgos el pasado domingo ante la ignominia del gobierno

Habéis alertado también de una grave erosión de los pilares democráticos. ¿A qué os referís exactamente?

Estamos ante un ataque directo al Estado de Derecho, a la Constitución y a la separación de poderes. Especialmente a los jueces, que son atacados cada día de forma inmisericorde por el propio Gobierno. La Ley de Amnistía es un ataque al corazón de nuestra democracia, y también de la democracia europea. Se ha pactado a cambio de siete votos corruptos, con un prófugo, con mediación internacional y en la oscuridad.

«Cataluña no es solo una parte de España. Es una parte de todos nosotros»

¿Qué reflexión haces en relación con Cataluña y el papel que ha jugado en todo este proceso político?

Es un tema capital. Cataluña ha sido y está siendo utilizada de forma indigna como moneda de cambio político. Lo que se está haciendo con la amnistía es profundamente injusto y, además, destructivo: se borra el delito, se atropellan las sentencias judiciales, y se desautoriza el trabajo ejemplar de jueces y servidores públicos que defendieron la legalidad democrática. Pero más allá de eso, lo más grave es el mensaje que se lanza a los españoles, y muy especialmente a los catalanes que han estado defendiendo la Constitución con enorme valentía en condiciones muy difíciles.

A esos españoles, que han sostenido el Estado de Derecho en Cataluña durante años de acoso, desprecio institucional y aislamiento, hay que agradecerles y reconocerles su papel. El Gobierno no solo los ha abandonado: los ha traicionado. Y los ha dejado a merced de quienes quieren romper España y silenciar cualquier disidencia.

Lo que está en juego aquí no es solo la unidad de España, sino la igualdad entre todos los españoles, vivamos donde vivamos. Esa igualdad se rompe con esta amnistía pactada en la oscuridad, con un prófugo y bajo mediación internacional. Es una rendición. Pero también una deslealtad a los millones de españoles que creen, como nosotros, en una España unida, libre y reconciliada.

¿Este proceso de degradación institucional viene de antes?

Sí, claro. Ya lo vimos con la supresión del delito de sedición del código penal, los indultos sin base jurídica ni arrepentimiento, la rebaja de la malversación, la supresión de delitos ad hoc, la reforma del “solo sí es sí”... Todo forma parte de un proceso continuado que desarma nuestro ordenamiento jurídico y pone en riesgo nuestra democracia.

«La causa de Venezuela también es la nuestra»

¿Por qué también habéis hablado de Venezuela en este acto?

Porque nuestros hermanos venezolanos viven bajo un régimen comunista y están siendo olvidados por un Gobierno español que debería defender la libertad. El presidente legítimo, Edmundo González Urrutia, no ha sido reconocido, mientras que Pedro Sánchez apoya a un dictador acusado de crímenes de lesa humanidad. Es inaceptable. La causa de Venezuela es también la nuestra: libertad frente a la tiranía. Y sobretodo cuando la oposición ha logrado esta heroica victoria liderada por María Corina Machado. 

«La sociedad civil tiene una fuerza enorme. Solo necesita despertar»

¿Qué papel juega la corrupción en la situación que denunciáis?

Es un escándalo continuo. En cualquier país europeo, un jefe de Gobierno habría dimitido con una milésima parte de lo que ocurre aquí. En Portugal, sin ir más lejos, lo hemos visto. Aquí, con todo lo que está saliendo, no hay consecuencias. Es una falta de respeto a la ciudadanía, a los jueces y a la ética pública.

¿Se puede recuperar la esperanza? ¿Qué papel tiene la sociedad civil?

Por supuesto. Este movimiento nace precisamente de ahí. Hay una gran fuerza dormida en la sociedad civil. Ciudadanos que no pertenecen a partidos, que no buscan protagonismo, pero que están hartos. Hartos del sectarismo, de la mentira, del desprecio institucional. Y quieren recuperar la dignidad democrática y el respeto a la ley.

¿Por qué no habéis querido constituir formalmente la plataforma?

Es una decisión deliberada. Hemos preferido no constituirnos legalmente como asociación. Algo bueno tienen los británicos: sus clubes de honor. Este es el nuestro. “De español a español por la Constitución” es una iniciativa abierta, transversal, de personas que creen en la libertad, en la democracia y en la palabra dada.

¿Qué mensaje final querrías enviar a quienes aún dudan o no se han movilizado?

Que este es el momento. Que nadie va a venir a salvarnos. Como ciudadanos tenemos una responsabilidad con nuestra historia y con las generaciones futuras. Nos jugamos la libertad, la justicia y la convivencia. Y no podemos quedarnos al margen.