España atraviesa este verano el peor episodio de incendios forestales del siglo XXI. Según el sistema europeo de información sobre incendios (EFFIS), la superficie calcinada supera ya las 344.000 hectáreas, una cifra que triplica la media de la última década y que sitúa a 2025 como uno de los años más devastadores en lo que va de siglo. Los fuegos han obligado a evacuar a centenares de personas, han interrumpido transportes estratégicos como el AVE Madrid-Galicia y han afectado con especial virulencia a comunidades como Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y Asturias.
En este contexto, el presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), Miguel Garrido de la Cierva, ha querido trasladar un mensaje de apoyo a las zonas afectadas. “Desde CEIM queremos expresar nuestra más profunda solidaridad con las víctimas de los incendios forestales, así como con sus familias y comunidades afectadas. Queremos también reconocer y agradecer el esfuerzo incansable de los equipos de extinción y emergencias, bomberos, brigadistas forestales, personal técnico y voluntarios que, con medios muchas veces insuficientes, se enfrentan a situaciones extremas para proteger nuestras vidas, los montes y nuestros pueblos”, señaló.
Garrido reclamó asimismo a las administraciones que pongan “a disposición de forma inmediata todos los medios humanos y materiales posibles” y defendió la necesidad de abrir “un debate social, económico y político ante una realidad que va a más cada año y que azota a toda España”.
Comunidades en estado de emergencia
Los incendios más graves se concentran en Ourense, donde el fuego ha devorado más de 20.000 hectáreas en la sierra de Larouco; en Extremadura, con Jarilla como epicentro y más de 12.000 hectáreas arrasadas; y en varias provincias de Castilla y León, donde la sequía y el viento han multiplicado los focos activos. Según Protección Civil, en la última semana se han registrado más de 40 incendios de gran magnitud en todo el país, 23 de ellos en nivel de gravedad 2.
La Comunidad de Madrid tampoco ha quedado al margen. Este verano se han quemado más de 3.500 hectáreas, con especial incidencia en la Sierra Norte y en el incendio de Tres Cantos, que causó una víctima mortal y obligó a desalojar a decenas de familias. Las altas temperaturas, que han superado los 40 grados en varios municipios madrileños, han situado la región en alerta de riesgo extremo durante gran parte del mes de agosto.
Impacto económico y social
El balance no es solo ambiental. La pérdida de bosques y cultivos supone un golpe directo a sectores clave como la agricultura, la ganadería y el turismo rural, con miles de cancelaciones en alojamientos de interior y pérdida de ingresos en pueblos que dependen de la temporada estival. En zonas de Galicia y Extremadura, asociaciones empresariales ya hablan de un “verano negro” para la economía local.
Desde CEIM se insiste en que la respuesta no debe limitarse a la extinción, sino que debe incluir inversión tecnológica, planificación forestal y colaboración público-privada. “Los incendios no son ya un problema puntual, sino estructural, que amenaza a nuestro medio ambiente y a la cohesión social y económica”, apuntan desde la organización empresarial madrileña.
Llamamiento a una estrategia nacional
El mensaje de CEIM se suma al clamor de organizaciones ecologistas y expertos, que piden un pacto nacional contra los incendios. Entre las medidas urgentes destacan el refuerzo de brigadas forestales, el uso de drones y satélites para la detección temprana, la inversión en cortafuegos naturales mediante la actividad rural y agrícola, y una legislación que adapte las celebraciones populares y los usos del suelo al riesgo creciente.
Mientras tanto, la solidaridad se extiende por todo el país. Desde las asociaciones empresariales madrileñas, Garrido ha querido dejar claro que “el tejido productivo de la región está al lado de las familias y comunidades afectadas”. Una muestra de que, frente al fuego, la respuesta exige unidad y compromiso colectivo.