La prima de riesgo de España se dispara tras los escándalos políticos y supera a Francia y Portugal

El aumento de la incertidumbre institucional eleva el coste de financiación del Estado y despierta temores en los mercados sobre la deuda española, ya considerada "tóxica" en algunos círculos financieros.
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La inestabilidad política que rodea al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha provocado una reacción inmediata en los mercados financieros.

La prima de riesgo de España ha registrado un aumento del 17 % en apenas una semana, situándose por encima de la de Francia y Portugal, dos economías con las que tradicionalmente comparte niveles similares de confianza inversora.

Este repunte en el diferencial entre el bono español a diez años y su homólogo alemán —referencia para medir el riesgo-país— es un indicador claro del creciente recelo de los inversores hacia la economía española. Según fuentes del entorno financiero de la City londinense, algunos fondos ya consideran la deuda española como "tóxica", una etiqueta que no se oía desde los peores momentos de la crisis del euro.

¿Qué está ocurriendo con la deuda pública española?

Los escándalos recientes que afectan al entorno político han deteriorado la percepción internacional de estabilidad institucional en España. Aunque el país mantiene cifras macroeconómicas relativamente estables, el factor político está pesando sobre la confianza exterior.

La consecuencia directa es un encarecimiento del coste de financiación del Estado. Con una prima de riesgo en el entorno de los 65-70 puntos básicos y una posible retirada del respaldo del Banco Central Europeo (BCE), se anticipa un incremento en los intereses a pagar por la deuda nueva que emita el Tesoro.

Este contexto supone una amenaza directa a la sostenibilidad de las cuentas públicas. Si se prolonga, podría afectar a los presupuestos generales, limitar la inversión pública y reducir el margen de actuación del Ejecutivo ante eventuales necesidades de gasto.

Comparativa europea: ¿por qué España preocupa más?

Aunque países como Italia o Francia también atraviesan momentos de tensión política, España destaca por la acumulación de factores de riesgo: alta deuda pública, dependencia del BCE, desaceleración en algunos sectores clave y ahora, una percepción creciente de inestabilidad política prolongada.

En contraste, Portugal mantiene políticas fiscales conservadoras, y Francia aún se beneficia de su peso en la eurozona y su histórico atractivo para los inversores institucionales. Esta diferenciación penaliza a España en los mercados, lo que explica la anomalía de que su prima de riesgo se dispare por encima de ambos países.

Consecuencias para el ciudadano medio

Un aumento sostenido de la prima de riesgo no es un fenómeno aislado de los mercados financieros. Entre las consecuencias más probables destacan:

  • Mayor coste de la deuda pública, que podría traducirse en ajustes presupuestarios.
  • Reducción de inversiones públicas en servicios sociales y obras de infraestructura.
  • Dificultades para mantener políticas expansivas, como la subida del salario mínimo o el incremento de pensiones.
  • Riesgo de subida de tipos de interés a nivel doméstico, lo que encarecería hipotecas, préstamos y créditos.

Escenario a corto y medio plazo

Si la tensión política no se resuelve con claridad, los expertos advierten de que la prima de riesgo podría escalar por encima de los 100 puntos, un umbral que volvería a poner a España en el foco de atención de los organismos internacionales. Asimismo, el BCE podría reconsiderar su apoyo si percibe que el deterioro no es coyuntural, sino estructural.