La pensión media en España ha subido 57 euros al mes en el último año, alcanzando los 1.311 euros brutos, según los últimos datos oficiales de la Seguridad Social. Sin embargo, esta mejora apenas ha supuesto un alivio real para millones de pensionistas, quienes continúan afrontando dificultades económicas para llegar a fin de mes.
El incremento en el gasto público en pensiones ha sido notable. En los primeros seis meses del año, el desembolso total ha pasado de 88.958 millones a 94.555 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 6,3 %. En términos absolutos, el número de pensiones contributivas ha alcanzado los 10,34 millones, frente a los 10,16 millones del mismo periodo del año anterior.
Subida insuficiente frente al coste de vida
A pesar del aumento presupuestario, la realidad cotidiana de muchos jubilados apenas ha cambiado. Del incremento de 57 euros en la pensión media, aproximadamente 20 euros se van en retenciones del IRPF, según estimaciones. Es decir, el incremento real en el bolsillo del pensionista ronda los 37 euros mensuales, una cifra que resulta insuficiente para hacer frente al encarecimiento de la vida.
El coste de bienes básicos como la electricidad, el gas, los alimentos y las telecomunicaciones sigue presionando los presupuestos familiares. Además, muchos pensionistas viven en situación de propiedad pero deben asumir los gastos de comunidad y mantenimiento de vivienda, lo que complica aún más su situación financiera.
Aumento desigual: una media que esconde realidades
Aunque la media se sitúa en los 1.311 euros brutos, existen pensiones considerablemente más bajas, sobre todo en el caso de mujeres y personas con trayectorias laborales discontinuas o de baja cotización. Por otro lado, las pensiones más altas —por encima de los 3.000 euros mensuales— reciben una parte del aumento, pero con una carga fiscal significativamente superior.
La revalorización total de las pensiones para este ejercicio se estima en 11.000 millones de euros, un esfuerzo financiero notable por parte del Estado. Sin embargo, muchos jubilados aseguran que no lo perciben como un cambio sustancial, dado que la mejora no alcanza a contrarrestar el impacto de la inflación acumulada y la pérdida de poder adquisitivo.
Críticas al Gobierno y reclamaciones sociales
Las organizaciones de pensionistas y plataformas ciudadanas han criticado duramente al Gobierno por presentar cifras récord de gasto como una victoria social, cuando en realidad, aseguran, las condiciones de vida siguen siendo precarias para una gran parte de los jubilados.
A esto se suman las voces que exigen una reforma estructural del sistema fiscal y de pensiones, con el fin de garantizar pensiones dignas y sostenibles, ajustadas a la realidad económica del país y al alza constante del coste de la vida.
En definitiva, aunque el aumento de 57 euros en la pensión media es real, sus efectos positivos son limitados y desiguales, y muchos pensionistas continúan viendo cómo sus ingresos apenas les permiten cubrir sus necesidades básicas. La presión social sobre el Gobierno para mejorar esta situación seguirá en aumento si no se adoptan medidas de mayor calado.