Movistar Estudiantes vivió en Palencia una de sus noches más duras en años. El conjunto colegial cayó por un contundente 83-52 ante un Súper Agropal Palencia que dominó todas las fases del encuentro y que dejó en evidencia a un Estu sin alma, sin ideas y sin capacidad de respuesta. Una derrota que, más allá del marcador, certifica que el ascenso directo se aleja dramáticamente y que el equipo no compite contra los grandes de la categoría.
El partido evidenció las tres grandes preocupaciones que acechan al club del Ramiro: un ascenso directo convertido ya en utopía, una incapacidad sostenida para competir contra rivales de la parte alta, y una imagen preocupantemente pobre, impropia de un aspirante. Lo de Palencia no fue un mal día: fue una señal de alarma.
Palencia domina desde el inicio y desnuda las carencias colegiales
El choque arrancó con ritmo alto y cierto equilibrio, e incluso Estudiantes llegó a adelantarse (10-13) gracias a las penetraciones de Omar Silverio. Pero fue un espejismo. A partir de ahí, Palencia ajustó y empezó a imponer su defensa, su ritmo y su físico.
El primer cuarto se cerró con 22-18, pero la verdadera ruptura llegó en el segundo periodo: Estudiantes entró en una sequía anotadora de más de cuatro minutos, acumuló pérdidas, forzó malos tiros y cayó en un bucle ofensivo del que ya no salió. Palencia, liderado por un Kunkel imparable (26 puntos) y un Wintering eléctrico (18), abrió brecha sin oposición.
Al descanso, el 42-29 era incluso un premio para los colegiales, que habían sido superados en intensidad, circulación de balón y toma de decisiones.
Un Estudiantes sin respuesta y desbordado tras el descanso
La vuelta de vestuarios confirmó el desastre. Palencia volvió a golpear de la mano de Kunkel, que arrancó el tercer cuarto con ocho puntos consecutivos para elevar la ventaja a +21 (52-31). Ni el tiempo muerto de Toni Ten frenó la sangría.
El equipo madrileño se mostró bloqueado, sin fluidez, sin acierto exterior (6/26) y completamente desbordado en el rebote (42-26). Solo Hugo López, tirando de orgullo, evitó un marcador aún más escandaloso al final del tercer periodo (61-41).
En el último cuarto, la historia se repitió. Estudiantes no encontró respuestas, los tiros siguieron sin entrar y Palencia continuó castigando cada error. El marcador final, 83-52, refleja la superioridad absoluta del conjunto morado.
Cinco temporadas en un laberinto y un parón para reflexionar
La derrota llega acompañada de un dato que preocupa: ocho caídas consecutivas contra los grandes de Primera FEB, entre esta temporada y la anterior. Obradoiro, Betis, Fuenlabrada, Burgos, Tizona… y ahora Palencia. El Estu no compite contra sus rivales directos, y eso compromete cualquier aspiración real de ascenso.
Ahora llega un parón de selecciones que debe servir para pensar, reajustar y, sobre todo, recuperar orgullo competitivo. El equipo volverá a la acción el 7 de diciembre ante Palma, antes de recibir el 14 de diciembre a Tizona Burgos en el Movistar Arena. Dos duelos clave para evitar que la temporada se convierta en un nuevo laberinto sin salida.