Federico Muelas (Cuenca, 1909 – Madrid, 1974) fue un poeta de la llamada “Generación del 36” que aunque nació en Cuenca y ejerció de conquense residió en Madrid durante el grueso de su vida. En la villa participó activamente en numerosas tertulias literarias. Una de las preferidas era la que llamaban “La Cruzada” que se celebraba en un establecimiento de la Plaza de Ramales a la que asistían otros amigos como José García Nieto, Antonio Mingote o Manuel Fernández Sanz, - Manolito el Pollero - como a él se referían los amigos y como él mismo firmaba. Se cuenta que incluso en las tarjetas de visita y debajo de su nombre llegó a poner como profesión titiritero, ya que sus numerosas participaciones literarias - que solían ser interminables – trataban todo tipo de asuntos variopintos y, en ocasiones, sorprendentes.
Participó en las Misiones Pedagógicas que habían sido creadas por el gobierno de la II República y junto a otros autores y artistas contribuyó a la difusión de la cultura.
Fueron muchos los poetas, escritores y artistas que conocieron de su mano la provincia de Cuenca. Pues siempre ofreció como primicia las abundantes propuestas que ofrecía la tierra de su origen.
En Madrid fue titular de la farmacia Gravina, situada en la calle de ese nombre, que promocionaba y publicitaba, en ocasiones, con versos que escribía con un tono humorístico. Uno de aquellos pequeños poemas dice así: ¿No tiene la medicina que le prescribe el doctor? / Pues cómprela usted, señor, / en la farmacia Gravina. Así fueron apareciendo versículos con este y parecido significado en las tarjetas oficiales de la propia farmacia.
Fue un celebrado poeta y un incansable escritor, periodista, guionista de cine e incluso pintor que colaboró y patrocinó a otros muchos artistas y escritores madrileños. El propio Camilo José Cela gozó de su amistad y llegó a exponer cuadros, de los que también pintaba, en exposiciones colectivas que organizaba Federico.
Cuando Federico Muelas acababa de concluir el bachillerato se matriculó en la carrera de Medicina, pero un grave problema que le sobrevino en la vista le obligó a dejar aparcada esa carrera y a matricularse en las de Farmacia y de Derecho que pudo estudiar con la ayuda de su padre, que con paciencia le leía y releía los temas para que pudiese memorizarlos. También ejerció la abogacía y fue defensor de numerosas personas procesadas en tiempos de posguerra.
Frecuentó la tertulia de Ortega y Gasset y fue amigo y confidente de escritores como Pío Baroja, Miguel de Unamuno o los hermanos Machado.
Años más tarde llegó a establecer otra tertulia más - que fue muy concurrida - en la rebotica de su propia farmacia a la que llamó “El Ateneo”. En ella participaron poetas como Gerardo Diego y escritores como Camilo José Cela. Colaboró en revistas como Garcilaso, Blanco y Negro, La Estafeta Literaria y Vértice, y en periódicos como ABC, La Vanguardia y Pueblo.
En 1964 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con el libro titulado “Rodando en tu silencio”. Fue autor de numerosos villancicos.
Se cuenta que en la Navidad de 1956, tras haber leído en el Convento de la Encarnación de Madrid un Pregón de la Navidad que se hizo muy denso y tan pesado que habiendo comenzado a las siete y media de la tarde se juntó con el comienzo de la Misa de Gallo, Eladio Cabañero ( poeta de formación autodidacta, redactor de La Estafeta Literaria, que llegó a obtener el Accésit del Premio Adonais y del Premio Nacional de Poesía en 1963) le dedicó estos versos: En el Portal de Belén / habló Federico Muelas / al terminar las pastoras / eran ya todas abuelas.