Si que existen las llamadas fragancias solares y se han convertido en una tendencia transversal en perfumería.
Son aromas que capturan el esplendor del sol, la suavidad de la brisa marina, la luz dorada en la piel, el placer, el bienestar, y lo traducen en fórmulas que invitan a aplicar el perfume justo después de la ducha, con la piel aún tibia por el sol.
La Marca Arquiste reinterpreta al astro rey en dos composiciones que capturan la luz, el calor y la sensualidad de los días estivales y propone su propia lectura del verano con dos fragancias tan evocadoras como sofisticadas y capaces de convertirse en pequeños relatos embotellados.
En dos cartas de amor veraniegas -una más cortesana, otra más costera- que permiten llevar la luz en el cuerpo cuando el sol empieza a bajar.
Ellas son :
L’Or de Louis: el resplandor dorado de Versalles
Se ha inspirado en la Grand Orangerie del Palacio de Versalles. Es un luminoso homenaje al esplendor barroco del jardín francés.
La fragancia se despierta con un acorde radiante de azahar absoluto, granada y bergamota, envueltos en la sutileza floral del jazmín.
Su corazón se torna más opulento con miel, iris florentino y almizcle blanco, asentándose finalmente en una base de cedro, madera de cade y humo de leña.
Es la versión olfativa de una tarde bajo los cítricos, cuando la luz se vuelve líquida y uno empieza a pensar si se puede vivir como antaño en una novela de época (sin wifi).

Sydney Rock Pool: un chapuzón moderno con alma vintage
Si la anterior es un paseo de realeza bajo los naranjos, esta supone zambullirse de cabeza en una piscina natural en la costa australiana, con la piel aún salada y el pelo secándose al viento.
Es una fragancia que captura el lado más relajado y contemporáneo del verano, con un equilibrio impecable entre notas solares, coco cremoso, flor de frangipani, sal marina, ámbar y sándalo.
El resultado revela un perfume limpio, adictivo, con la calidad envolvente de las toallas calientes al sol y una piña colada tomada con moderación.

Evoca una postal sensorial que dice: ‘soy de ciudad, pero también me sé el camino a la playa buena’.
Y ambos Aromas solares pueden también transformarse en un after sun emocional, porque más allá del efecto inmediato, tienen algo de ritual: son la forma adulta de seguir disfrutando del verano incluso cuando ya se acaban vacaciones escolares. Al aplicarlas después de un día al aire libre, prolongan la sensación de calma, piel cuidada y momentos felices.