Manifestación

Los vecinos de Campamento y Aluche exigen que la carretera de Boadilla se transforme en una calle verde

Temen que el soterramiento del Paseo de Extremadura duplique el tráfico y ponga en riesgo la seguridad del vecindario

Carretera de Boadilla - FRAVM
photo_camera Carretera de Boadilla - FRAVM

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y las asociaciones vecinales de Campamento y Aluche han convocado este domingo, a las 11:00 horas, una manifestación para reclamar la transformación de la carretera de Boadilla del Monte en una vía verde, saludable y segura, que deje de ser una autopista de paso hacia otros municipios.

La protesta, que parte del número 27 de la carretera de Boadilla, busca que el Ayuntamiento de Madrid atienda las demandas de los vecinos que desde 2019 vienen solicitando medidas efectivas para reducir la peligrosidad y el tráfico en esta vía. "Queremos una calle vivible y paseable acorde con el entorno donde está situada", señalan los organizadores.

Los colectivos denuncian que la carretera registra una densidad de tráfico de más de 32.000 vehículos al día, lo que la convierte en la calle con un carril por sentido con mayor tráfico de Madrid, con viviendas, un colegio y un centro de mayores a tan solo unos metros.

A esta situación se suma ahora la preocupación por el proyecto de soterramiento del Paseo de Extremadura, que según denuncian podría agravar el problema al transformar los dos carriles actuales en sentido único de salida hacia Boadilla, lo que duplicaría el tráfico en horas punta, pasando de 800 a 1.600 vehículos por hora.

Además, critican que el diseño previsto contempla dos límites de velocidad diferentes: 50 km/h en un carril y 30 km/h en el otro, lo que, lejos de mejorar la seguridad, podría fomentar un aumento de la velocidad. "Ya ahora los coches circulan a menudo entre 50 y 70 km/h, muy por encima del límite permitido", denuncian.

"Es una auténtica aberración permitir que los vehículos circulen aún más rápido por una calle que está a escasos 10 metros del colegio Hermanos Pinzón y del centro de mayores", ha lamentado Antonio Piñeiro, portavoz vecinal, quien acusa al Ayuntamiento de despreciar la seguridad de niños y mayores del barrio.

El movimiento vecinal insiste en que la solución no es aumentar el tráfico, sino convertir esta carretera en una calle para las personas, con espacios verdes, aceras amplias y velocidades controladas. "No queremos que nuestro barrio se convierta en una autopista urbana", concluyen los vecinos, que seguirán movilizándose para exigir un modelo de ciudad más saludable y sostenible.