El acto de homenaje ha sido presidido por la vicealcaldesa de Madrid y delegada de Seguridad y Emergencias, Inma Sanz, acompañada por el concejal del distrito, Carlos Izquierdo, familiares de las víctimas y compañeros de la Policía Nacional.
Un recuerdo imborrable
Durante el acto, Sanz destacó la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo. "Debemos recordar lo que sucedió para comprender quiénes somos. Es necesario mantener vivo nuestro recuerdo de las víctimas y nuestro rechazo al terrorismo y a toda forma de violencia política. En nuestras calles pueden encontrarse numerosas placas como la de hoy. Todas ellas forman una constelación de la memoria, una señal de que esta ciudad no olvida de dónde viene ni a quienes dieron la vida por sus vecinos", expresó la vicealcaldesa.
Sanz también subrayó que el Grapo causó un gran daño en España, con un especial impacto en Madrid, y reiteró la necesidad de transmitir a las generaciones más jóvenes la importancia de no olvidar estos acontecimientos y apoyar a las familias de las víctimas.
Los hechos
El 2 de enero de 1984, Requena Duarte y Clemente Vaquero se encontraban detenidos en un semáforo, en el cruce del Camino Viejo de Leganés con la avenida de Oporto, cuando un integrante del Grapo abrió fuego contra el vehículo. José Ángel Requena Duarte, de 24 años, falleció en el acto, mientras que Marcelino Clemente Vaquero, de 27 años, murió horas después en el hospital. Ambos eran padres; Requena tenía un niño y Clemente dos niñas.
Un compromiso con la memoria
La placa instalada en Carabanchel se suma a otras que recuerdan a víctimas del terrorismo en Madrid, reafirmando el compromiso de la ciudad con la memoria y el rechazo al terrorismo. "Este homenaje es una muestra de que Madrid no olvida a quienes dieron su vida por los demás y sigue acompañando a las familias en su dolor", concluyó Sanz.
