Esta operación culminó con la detención de 12 personas y la liberación de 11 mujeres que eran sometidas a condiciones inhumanas.
El horror detrás de las puertas cerradas
La investigación comenzó tras recibir informes sobre pisos en Madrid donde se sospechaba que mujeres eran explotadas sexualmente bajo estrictos controles. En estas viviendas, conocidas por el elevado número de clientes que acudían diariamente, operaban mujeres denominadas "mamis", quienes distribuían las actividades entre las víctimas.
Las mujeres eran forzadas a trabajar sin descanso durante períodos de 15 a 20 días consecutivos, sin derecho a días libres. Además, enfrentaban restricciones extremas, como la prohibición de comer después de ciertas horas para mantener un físico acorde con las fotografías promocionales de los catálogos de las redes.
Condiciones degradantes y abuso constante
Bajo constante vigilancia, las mujeres eran sometidas a horarios abusivos, incluso durante momentos de descanso. Si alguna se negaba a cumplir con las demandas de los clientes, era amenazada o castigada. Durante su menstruación, eran obligadas a usar esponjas para mantener relaciones sexuales sin que los clientes se percataran.
Las condiciones de explotación incluían la prohibición de acudir a centros médicos, lo que ponía en riesgo su salud, y en ocasiones, se les forzaba a consumir drogas si así lo solicitaban los clientes.
Operación policial
En una serie de intervenciones llevadas a cabo entre octubre y noviembre, los agentes realizaron seis registros en domicilios de la capital. Durante estos operativos, se incautaron grandes sumas de dinero, sustancias como cocaína y estimulantes sexuales, material electrónico, y documentación vinculada a las actividades delictivas.
Los detenidos, entre ellos nueve mujeres y tres hombres, estaban implicados en roles clave dentro de estas redes criminales, desde el control de las víctimas hasta la distribución de las ganancias.
Esperanza para las víctimas
Las 11 mujeres liberadas están recibiendo apoyo especializado para superar las secuelas físicas y psicológicas de su explotación. La operación destaca la importancia de identificar y desmantelar estas redes, así como de proteger y asistir a las víctimas de trata.
La Policía Nacional reitera su compromiso en la lucha contra la trata de seres humanos e insta a la ciudadanía a denunciar cualquier sospecha de actividades similares.
