La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) ha iniciado esta semana una ronda de contactos con representantes de la Comisión Islámica de España (CIE) y de la Conferencia Episcopal con el objetivo de crear un frente social amplio contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia.
El movimiento, que agrupa a 300 colectivos de 51 municipios, busca reforzar los lazos comunitarios en un momento en que el auge de discursos de odio y agresiones racistas preocupa a vecinos y entidades sociales. Ejemplos recientes, como los ataques en Torre Pacheco o las protestas ante centros de acogida de menores y migrantes en Madrid, han actuado como catalizadores de esta iniciativa.
Primeros apoyos de comunidades religiosas
El lunes, la FRAVM se reunió con responsables de la CIE en la Mezquita Central Abu-Bakr. Allí, el secretario de la entidad, Mohamed Ajana Elouafi, expresó su alarma ante el incremento de mensajes racistas: “El discurso de odio está envenenando la convivencia y destruye la confianza vecinal”. La organización islámica se mostró dispuesta a colaborar en acciones de prevención comunitaria, sensibilización y respuesta institucional.
Este miércoles, la Federación vecinal mantuvo un segundo encuentro con el Arzobispado de Madrid y la Conferencia Episcopal en dependencias de la Catedral de La Almudena. En esta ocasión, el obispo auxiliar Vicente Martín Muñoz destacó que “es fundamental trabajar juntos por una cultura del encuentro” y respaldó la propuesta de un frente común por la convivencia pacífica.
Extensión a ONGs y entidades sociales
En las próximas semanas, la iniciativa se abrirá a otros actores, como SOS Racismo, la Red de ONGD y el Consejo Evangélico de Madrid, además de organizaciones con las que la FRAVM trabaja habitualmente: la FAPA Giner de los Ríos, sindicatos, colectivos de infancia y juventud y entidades de intervención social.
La Federación asegura que la mayoría de los vecinos y vecinas rechazan la intolerancia y valoran la diversidad, aunque advierte que la normalización de actitudes de odio puede deteriorar rápidamente la convivencia. Por ello, llaman a la acción coordinada entre instituciones, asociaciones y líderes religiosos para frenar esta “enfermedad social”.
Con este frente común, la FRAVM pretende consolidar un espacio lo más amplio y representativo posible, que defienda la convivencia pacífica, el respeto a los derechos humanos y la cohesión social frente a las tensiones que generan los discursos de odio.