La creadora de contenido Alba Saenc, estudiante de Historia e Historia del Arte y colaboradora habitual de RNE y Clan TV, ha generado un amplio debate en redes sociales tras publicar un reel en su cuenta de Instagram @albasaenc en el que reflexiona sobre la retirada de símbolos franquistas del espacio público desde una perspectiva académica y divulgativa.
En el vídeo, publicado el 17 de diciembre de 2025, Saenc expone lo aprendido en la asignatura Gestión del Patrimonio Histórico-Artístico, abordando el conflicto legal y ético entre la Ley de Memoria Democrática (20/2022) y la Ley de Patrimonio Histórico Español (16/1985), dos normas que, según explica, obligan a convivir a pesar de sus enfoques aparentemente contradictorios.
Dos leyes, un mismo espacio público
Según detalla la divulgadora, la Ley de Memoria Democrática establece la retirada o eliminación de cualquier símbolo que exalte el golpe de Estado de 1936, la dictadura franquista o la represión del régimen, lo que afecta directamente a monumentos, placas y relieves aún presentes en calles y edificios. Sin embargo, recuerda que la Ley de Patrimonio Histórico considera estos elementos como documentos históricos, testimonios materiales de una época pasada que deben protegerse y hacerse accesibles a la ciudadanía.
Alba Saenc subraya que la ley de memoria contempla excepciones muy limitadas, permitiendo la conservación únicamente de aquellos símbolos con valor artístico o arquitectónico, o cuya retirada comprometería la estructura de un edificio. “El valor histórico no se menciona expresamente, lo que introduce un criterio subjetivo”, apunta en su análisis.
Ocultar, conservar o resignificar
En su reflexión, la creadora menciona soluciones ya aplicadas en distintos puntos de España, como tapar relieves sin destruirlos o trasladar esculturas a sótanos y dependencias administrativas. Para Saenc, estas prácticas abren una pregunta clave: si se conservan por su valor histórico, ¿no deberían ser accesibles al público?
Lejos de ofrecer una respuesta cerrada, la divulgadora plantea una alternativa defendida por numerosos expertos: la conservación crítica. Esta opción pasa por mantener los elementos, eliminar los mensajes de exaltación y resignificarlos, contextualizándolos con información rigurosa que explique qué representan y por qué hoy son rechazados. De este modo, los símbolos se convertirían en “antimonumentos”, herramientas pedagógicas que condenan el franquismo desde los valores democráticos actuales.
Un debate abierto a la ciudadanía
Alba Saenc cierra su intervención lanzando una pregunta directa a sus seguidores: si esta salvaguarda crítica del patrimonio entra en conflicto con los objetivos de reparación y justicia para las víctimas que persigue la memoria democrática, o si, por el contrario, ambas visiones pueden ser compatibles.
El vídeo ha sido ampliamente compartido y comentado, consolidando a Saenc como una de las voces jóvenes que mejor conecta divulgación histórica, legislación y debate social, trasladando discusiones académicas complejas al gran público de forma clara y accesible.