Sánchez llama a la UE a usar su “fortaleza” económica para frenar los aranceles de Trump y lograr un acuerdo “justo” antes del 1 de agosto

El presidente español respalda a la Comisión Europea en las negociaciones comerciales y advierte que la unidad europea es clave ante el desafío proteccionista de EE.UU

Pedro Sánchez en la Cumbre de la ONU en Sevilla | Foto de Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa
photo_camera Pedro Sánchez en la Cumbre de la ONU en Sevilla | Foto de Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha instado este sábado a la Unión Europea a aprovechar su condición de mayor bloque comercial del mundo para negociar con firmeza un acuerdo comercial justo con Estados Unidos, después de que el presidente norteamericano, Donald Trump, comunicara oficialmente la imposición de aranceles del 30% a productos europeos a partir del próximo 1 de agosto si no se alcanza un pacto bilateral.

En una declaración publicada en redes sociales, Sánchez subrayó que “la apertura económica y el comercio crean prosperidad. Los aranceles injustificados la destruyen”, en referencia directa a la nueva medida anunciada por la Casa Blanca. El jefe del Ejecutivo español expresó su apoyo explícito a la Comisión Europea, que lidera las negociaciones con Washington, y pidió mantener la cohesión entre los Veintisiete para responder con unidad.

Unidos, los europeos constituimos el mayor bloque comercial del mundo. Usemos esa fortaleza para alcanzar un acuerdo justo”, concluyó el mensaje del presidente, en un tono que mezcla advertencia y confianza en el poder negociador comunitario.

Bruselas se prepara para contramedidas

La reacción del Gobierno español llega pocas horas después de que Trump hiciera pública una carta dirigida a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en la que acusa a la UE de mantener una relación comercial “demasiado desigual” con Estados Unidos y de provocar un déficit comercial “absurdo” para su país. Como solución, anunció la entrada en vigor de un arancel general del 30% sobre los productos europeos, en adición a los gravámenes ya aplicados desde abril.

Bruselas, que no esperaba una escalada de este tipo en plena negociación, ha respondido asegurando que está dispuesta a aplicar contramedidas proporcionales si Washington no reconsidera su postura. El Ejecutivo comunitario ha confirmado que mantiene abierta la vía diplomática, pero no descarta ninguna respuesta si se materializa la amenaza arancelaria.

Clima de tensión comercial global

Esta nueva ofensiva arancelaria de Trump no se limita a la UE. Durante la última semana, el presidente estadounidense también envió cartas similares a Canadá, Japón, Brasil y México, exigiendo mayor fabricación dentro del territorio norteamericano y amenazando con imponer aranceles similares si no hay avances en los acuerdos bilaterales.

Aunque la reacción de los mercados financieros ha sido contenida –el Ibex-35 ha cerrado la semana con una leve subida del 0,26%–, la incertidumbre sobre el comercio internacional vuelve a estar sobre la mesa, y algunos analistas temen una repetición de la “guerra comercial” iniciada en 2018 durante el primer mandato de Trump.

Apoyo político e implicación española

Desde Moncloa, el respaldo a la Comisión Europea va más allá del gesto político. Sánchez refuerza con este mensaje su perfil europeísta y defensor del multilateralismo comercial, en un momento en el que Europa necesita mostrar cohesión interna ante un contexto internacional cada vez más volátil.

El Gobierno español, a través de sus delegaciones diplomáticas y su Ministerio de Economía, está siguiendo de cerca la evolución del conflicto comercial, especialmente por las posibles repercusiones en sectores clave como el agroalimentario, el automóvil o la maquinaria, donde España tiene una importante cuota exportadora hacia Estados Unidos.

En paralelo, la posición del Ejecutivo refuerza el mensaje de que la solución debe ser negociada, equilibrada y mutuamente beneficiosa, evitando una espiral de represalias que afecte a la recuperación económica europea en un contexto global todavía inestable.

Con el 1 de agosto como fecha límite, la UE se encuentra ahora ante una nueva prueba de su capacidad para actuar como bloque, mientras Washington presiona para redibujar las relaciones comerciales a su favor. Para Sánchez, el camino es claro: “unidad, firmeza y negociación para lograr un acuerdo justo”.