El PP de Madrid, liderado por Isabel Díaz Ayuso, ha expresado su respaldo al "espíritu" de la nueva reforma de primarias impulsada por la dirección nacional del partido, aunque con matices. La organización estudia presentar enmiendas a la ponencia de Estatutos que se debatirá en el Congreso Nacional del partido del próximo mes de julio, al considerar que hay aspectos del texto que deben ser mejor concretados para que el modelo cumpla con sus objetivos democráticos.
La ponencia, coordinada por el presidente de Murcia, Fernando López Miras, introduce un sistema por el que los afiliados votarán una lista de compromisarios asociada a un candidato, en lugar de elegirlo directamente, como ocurre en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Ayuso defiende el voto directo y prepara propuestas
La presidenta madrileña, una firme defensora del principio de ‘un militante, un voto’, ha declarado en recientes entrevistas su intención de proponer las modificaciones necesarias tras el Congreso Nacional para que se respete plenamente esta premisa. El PP de Madrid insiste en que, pese a los cambios, el nuevo modelo mantiene el principio participativo al integrar al candidato en las listas que votan los militantes, pero advierte que “deben concretarse algunos puntos clave” para garantizar la transparencia y equidad del proceso.
El plazo para presentar enmiendas finaliza el 25 de junio, y en Génova son conscientes del interés de las estructuras territoriales por revisar los detalles del sistema representativo propuesto.
Un modelo con similitudes estadounidenses y riesgos de distorsión
El nuevo sistema, que recuerda al de las elecciones presidenciales de EE.UU., introduce el riesgo de que un candidato pueda ganar sin ser el más votado por las bases, si se impone en un mayor número de provincias clave. El sistema 'winner-takes-all', como se le conoce, adjudica todos los compromisarios de una provincia al ganador, incluso si su margen sobre el rival es de apenas un voto.
Este aspecto ha suscitado recelos, ya que acentúa el peso del territorio frente al voto popular. De hecho, comunidades como Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León, con más de 1.250 compromisarios, podrían inclinar decisivamente el resultado final en un congreso que contará con 3.264 compromisarios. Aun así, los nuevos Estatutos fijan un tope del 20% de compromisarios por territorio, para evitar concentraciones excesivas de poder.
Recuerdo de 2018 y cautelas ante repeticiones
El nuevo modelo también evita el sistema directo vigente desde 2018, pero sin incorporar salvaguardas para impedir que los compromisarios contradigan el voto de las bases, como ya ocurrió con la elección de Pablo Casado, quien fue proclamado presidente tras derrotar en la segunda vuelta a Soraya Sáenz de Santamaría, a pesar de que esta última ganó entre los militantes.
Este precedente refuerza la necesidad de claridad y garantías en el nuevo modelo, y explica la prudencia del PP de Madrid a la hora de respaldar sin reservas el texto presentado por Génova.
El debate interno sobre el modelo de primarias sigue abierto en el seno del PP, y aunque la dirección madrileña apoya la intención de modernizar el sistema, no renuncia a defender una mayor transparencia y participación directa de los afiliados. El Congreso Nacional de julio será clave para definir qué modelo regirá el futuro liderazgo del partido.