El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecerá el próximo lunes desde el Palacio de La Moncloa para realizar el balance político del curso 2024-2025, en una intervención que llega en un momento especialmente delicado para el Ejecutivo. El anuncio se produce tras el último pleno del Congreso, celebrado el martes, en el que el Gobierno sufrió un revés parlamentario por la falta de apoyo de algunos socios habituales en la votación del conocido como decreto ‘antiapagones’.
Este cierre de curso coincide con la confirmación de casos de corrupción que salpican al PSOE, entre ellos a los dos últimos secretarios de organización del partido, lo que ha complicado el relato político de estabilidad que Moncloa pretende consolidar antes del parón estival. Pese a ello, fuentes del Ejecutivo afirman que el Gobierno mantiene intacta su hoja de ruta y confían en llegar a 2027, final de la legislatura, con la economía como pilar central de su discurso.
La intervención de Sánchez se enmarca en la estrategia de mantener la iniciativa política y reforzar su liderazgo frente a la creciente presión de la oposición y la incertidumbre interna. El presidente abordará tanto la evolución de los principales indicadores económicos como las reformas legislativas impulsadas durante el año, así como los desafíos que afronta su gabinete en los próximos meses, entre ellos, la ejecución de los fondos europeos y la implementación de las nuevas normativas en materia energética y digital.
Además, se espera que el jefe del Ejecutivo se pronuncie sobre los últimos escándalos de corrupción que han afectado a miembros relevantes del PSOE, una cuestión que ha deteriorado la imagen del partido y abierto grietas en su estructura interna. La estrategia de Moncloa pasa por minimizar el impacto político y presentar una imagen de fortaleza institucional pese a los contratiempos.
El lunes, Sánchez comparecerá ante los medios en solitario, en lo que se perfila como una declaración institucional sin preguntas, aunque fuentes próximas al presidente no descartan un breve turno de intervenciones. El martes, el Consejo de Ministros celebrará su última reunión antes del inicio oficial de las vacaciones, en la que se espera que se aprueben medidas de impulso económico y se definan los últimos ajustes antes del parón estival.
En este contexto, el balance de Sánchez será observado con especial atención por la oposición, que ya ha anunciado que centrará su discurso de los próximos meses en denunciar la “debilidad parlamentaria” del Ejecutivo y la “pérdida de credibilidad” del PSOE tras los recientes escándalos.
Mientras tanto, en La Moncloa se insiste en que “lo peor ya ha pasado” y que el Gobierno encara la segunda mitad de la legislatura con “determinación y unidad”. La comparecencia del lunes será clave para medir hasta qué punto Sánchez puede mantener ese relato en un escenario político crecientemente volátil.