La diputada del Partido Popular Noelia Núñez ha anunciado este miércoles su dimisión de todos sus cargos orgánicos e institucionales tras reconocer que su currículum oficial incluía información falsa sobre su formación académica. La ya exdiputada del Congreso, portavoz del PP en Fuenlabrada y vicesecretaria de Movilización y Reto Digital, ha asumido públicamente su error en una carta publicada en redes sociales en la que afirma: “La responsabilidad es la esencia de la libertad y yo asumo la mía”.
La responsabilidad es la esencia de la libertad y yo asumo la mía.
— Noelia Núñez (@noelia_n) July 23, 2025
No, no somos como ellos. pic.twitter.com/Ysw0cMMqIh
En el comunicado, Núñez admite no haber concluido sus estudios superiores, a pesar de que figuraban titulaciones universitarias en su perfil institucional. Asegura sentirse más tranquila dando este paso: “Pedir perdón no es suficiente. Me siento más tranquila si contribuyo a recuperar la confianza en la política tomando en primera persona la más difícil de todas las decisiones posibles”, ha declarado.
La polémica en torno a su currículum surgió tras diversas denuncias y la presión ejercida desde la oposición, especialmente por parte del ministro Óscar Puente, quien exigió su dimisión por presentar una trayectoria académica inexacta en tres plataformas oficiales. El ministro denunció que Núñez afirmaba poseer un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas, cuando en realidad no había concluido ninguna de las titulaciones universitarias iniciadas en la Universidad Complutense ni en la UNED.
Desde el PSOE se ha señalado que la ficha de Núñez en el Congreso, el Ayuntamiento de Fuenlabrada y otras plataformas públicas omitía que sus estudios estaban sin finalizar, contraviniendo el Código de Conducta del Congreso. El grupo socialista ha considerado que su caso es grave, ya que “se ha intentado construir una imagen profesional inexistente”.
La dimisión ha sido valorada positivamente por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien ha señalado que la decisión “le honra” y demuestra el “listón ético” del Partido Popular: “Ni Noelia es como ellos ni yo soy como Sánchez”, ha manifestado. Otros dirigentes populares, como Alfonso Serrano o Ester Muñoz, han defendido la “dignidad” y “honestidad” de Núñez, mientras lanzaban ataques al PSOE por no aplicar el mismo rasero con sus propios dirigentes, en referencia a supuestas irregularidades en currículums de miembros del Gobierno como Patxi López, Pilar Bernabé o el propio Pedro Sánchez.
La renuncia de Núñez se ha convertido en un arma política para el PP, que ha tratado de usarla para contraponer su nivel de exigencia con el del PSOE. Sin embargo, desde sectores críticos y parte de la sociedad civil se ha abierto un debate más amplio sobre la honestidad, la meritocracia y la transparencia en la clase política.
Mientras en redes sociales se multiplican los mensajes de apoyo y crítica hacia Núñez, numerosos ciudadanos lamentan que casos de falsedad curricular no sean una excepción en la política española. Se cuestiona, además, el sistema de control de las declaraciones oficiales y la falta de consecuencias legales más allá de la dimisión voluntaria.
Por otro lado, el caso ha tenido efectos colaterales: el PSOE ha puesto el foco en Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, al cuestionar si realmente está registrado como abogado, como indica en su biografía. Los socialistas han solicitado que aclare su titulación o se enfrentarán a un requerimiento formal al Consejo de la Abogacía.
La renuncia de Noelia Núñez, que marca un precedente al ser la primera diputada en dimitir por mentir sobre su formación, ha vuelto a colocar en el centro del debate público la credibilidad de los representantes políticos y la exigencia ética que se debe esperar de ellos. Aunque en su despedida ha agradecido a Feijóo y Ayuso su confianza y ha reiterado su lealtad al PP, su salida deja abierta una reflexión que trasciende siglas: ¿cuánto cuesta realmente mentir en política?