La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha elevado el tono político este jueves en el Pleno de la Asamblea regional, arremetiendo duramente contra Vox, el PSOE y Más Madrid. La líder popular ha acusado a Vox de actuar como aliado indirecto de Pedro Sánchez, al “dividir el voto de la derecha para impedir la alternancia”, y ha calificado a Navarra como “el epicentro de la mayor corrupción de Estado”, vinculando al Gobierno con pactos que, según ella, se han hecho con Bildu y otras fuerzas independentistas “por debajo de la mesa”.
Durante su intervención, Ayuso ha sostenido que Vox “vive para ayudar a Sánchez” y ha advertido que su estrategia política tiene como objetivo “reforzar al presidente del Gobierno” y frenar cualquier posibilidad de que la derecha pueda formar gobierno. “Algún día sabremos qué ganan por ello”, ha insinuado, dejando en el aire posibles intereses ocultos en el comportamiento del partido de Santiago Abascal.
En su enfrentamiento con el PSOE, Ayuso ha cargado con dureza contra lo que ha definido como una “corrupción de Estado que carcome al Ejecutivo”. Según la presidenta, el PSOE estaría utilizando la Fiscalía General, Radiotelevisión Española y “las cloacas” para atacar a adversarios políticos y protegerse de los escándalos internos. Ha señalado explícitamente a Navarra como “la mayor de las corrupciones”, denunciando que los pactos con Bildu habrían sido clave para sostener al Gobierno central. “Se sabrá algún día por qué ustedes pactaron con Bildu desde el comienzo”, ha advertido al grupo socialista.
Ayuso ha endurecido su discurso también contra Más Madrid, al que ha acusado de “amparar la corrupción bajo una actitud tibia y permisiva”, aludiendo a sus críticas sin consecuencias al Gobierno central. La presidenta ha utilizado además un término provocador para referirse a la agenda feminista de la izquierda, hablando de “defensa del pornofeminismo”, una expresión con la que ha atacado lo que considera una instrumentalización del feminismo por parte de algunos sectores progresistas.
En respuesta a las preguntas de la portavoz socialista Mar Espinar, quien cuestionó la opacidad sobre la vivienda de Ayuso y acusó al PP de premiar a los corruptos, la dirigente popular evitó hablar de su ático y se centró en lo que considera una campaña de desprestigio basada en “difamaciones” y “campañas mediáticas” orquestadas por sus adversarios. Afirmó que el PSOE actúa con una “caradura monumental” cuando, según ella, “vamos a cinco escándalos al día” en el seno del Gobierno de Sánchez.
Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, ha afirmado que Ayuso no podrá ocultarse tras la corrupción de otros y que tarde o temprano deberá explicar públicamente cómo paga su residencia y los supuestos vínculos económicos de su pareja. Ha advertido que “después del caso del novio vendrán más casos”, en referencia a diversas investigaciones periodísticas sobre contrataciones públicas.
Además, Ayuso ha salido al paso de las críticas de Vox por las subvenciones públicas a entidades LGTBI, justificando los 2,5 millones de euros destinados en 2024 a 69 proyectos como parte de la política de prevención del VIH y atención a infecciones de transmisión sexual (ITS). La presidenta ha defendido la creación de dos nuevos centros especializados en Chamberí y Alcorcón, y ha subrayado la necesidad de informar a la ciudadanía sobre salud sexual desde una perspectiva pública.
En un escenario político cada vez más tensionado, las intervenciones de Ayuso han reflejado una estrategia clara de confrontación con todos los flancos ideológicos: desmarcarse de Vox, desacreditar al PSOE y restar legitimidad ética a Más Madrid. Con esta posición, Ayuso reivindica su liderazgo en el bloque de la derecha, se prepara para una posible reorganización nacional del PP y consolida su papel como opositora frontal al Gobierno de Pedro Sánchez desde la Comunidad de Madrid.