Wislawa Szymborska nació en Kórnik, un pueblo al oeste de Polonia, vivió desde los ocho años es Cracovia. El contexto histórico de Szymborska obedece a una nación donde el concepto de identidad aun era endeble porque entre los siglos XVIII y XIX Polonia soportó guerras e invasiones que, poco a poco, fueron despojándola de su concepto de identidad. Estas condiciones de cambios abruptos hicieron de Polonia una nación donde era perentorio la búsqueda de una identidad propia. Wislawa fue la depositaria de esta sensación de no saber con qué palabra nombrar lo que ha sido arrebatado en el devenir histórico del pueblo polaco.
Los primeros escritos de Szymborska estuvieron cercanos al movimiento «Realismo socialista» que pretendía retratar la realidad del régimen socialista en la vida de los ciudadanos y cómo este traía «bienestar» a los habitantes. En Polonia, como en toda dictadura, hubo una persecución contra pensamiento y en contraparte surge una generación de poetas fieles a la libertad que rechazaron toda idea de pensamiento propagandístico y dogmático. Esta etapa del «Realismo socialista» en la poeta fue corta, afortunadamente, ya que el resto de su obra literaria y poética tiene características como metáforas, mitologías y referencias religiosas que hacen de su obra una de las más relevantes en la literatura.
La literatura que, en tiempos del régimen, no siguiera la estética era considerada, de forma descarada, como una literatura pedagógica o de divertimiento desconociendo, por parte de personas que poco o nada entendieron de literatura y de arte, el valor de la libertad intelectual de los escritores y poetas. Esto haría que Wislawa Szymborska tuviera que soportar el ensombrecimiento de sus obras y se viera obligada a comercializar de forma clandestina sus libros y folletos. Frente a este panorama de homogeneización de la literatura, Szymborska apelaría a la simplicidad para nombrar en sus poemas los objetos, los sentimientos, la vida y la muerte.
Wislawa Szymborska en su obra poética nos invita a soportar una realidad cercana al desastre y a reconstruir una nueva identidad con un lenguaje poético donde habite el polvo, los objetos, el paso del tiempo y la cotidianidad, la cual también nos nombra y nos habita a través de los ecos en los espacios vacíos.