Ciencia, periodismo y política

The Economist

La actual proliferación de información hace imprescindible discriminar nuestras lecturas, el semanario británico ‘The Economist’ sigue siendo uno de los imprescindibles. Hace poco le dedicó a nuestro presidente unas durísimas críticas que hicieron ‘pupa’ en Moncloa. Fiel a su credo liberal, el semanario no ahorra críticas en cuestiones políticas y económicas. No les duelen prendas, son particularmente duros, por ejemplo, con el actual primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, como lo fueron hasta hace poco con su antecesor, el conservador Rishi Sunak.

Esta semana le han dedicado un reportaje a la presidenta italiana Giorgia Meloni, de la que afirman que Maquiavelo estaría orgullosa de ella. Sostienen que en este momento es más popular que Enmanuel Macron o que Olaf Scholtz, pero se trata de algo más, a nivel europeo sus estrategias sobre inmigración reciben el apoyo de la mayoría presidentes con la excepción, claro, de Pedro Sánchez. Las campañas de nuestra televisión pública contra la Meloni no hacen sino reforzar su imagen. El perfil como mujer liberal en lo económico y conservadora en lo social, con un ‘antiwokismo’ militante, son una tendencia imparable en nuestra sociedad. Es un modelo de éxito, con matices, muy parecido al de la presidenta Ayuso.

Leer el Economist equilibra un poco las sesgadas informaciones que se manejan en España sobre determinados asuntos. En el número de esta semana informan como Trump va por delante de Harris en su ‘election forecast’, lo cual no es óbice para que sean críticos con el candidato republicano, aunque no menos que con el demócrata. Este es el periodismo abierto que demandamos, tan caro de conseguir hoy en día, aunque solo sea por el relativamente elevado coste de la suscripción a la revista.