LA MIRADA DE ULISAS, que sabe que “Dr. Google” resulta una fuente digna de consulta, le averiguó sobre un tema ciertamente de actualidad. ¿Quién dijo, si quieres la paz prepárate para la guerra? Su respuesta no se hizo esperar: la frase: Si quieres la paz, prepárate para la guerra" es una traducción del latín "Si vis pacem, para bellum". Esta máxima es atribuida a Publio Flavio Vegecio Renato, un escritor romano del siglo IV o V, autor de la obra "De Re Militari" (Acerca de Asuntos Militares). Vegecio argumentaba que la mejor manera de evitar la guerra era estar preparado para ella, ya que un ejército fuerte y bien equipado podría disuadir a posibles enemigos”.
Con cierta sorpresa la mirada de Ulisas, así como el atisbo de otros personajes e individuos del mundo, observaron esta madrugada la actuación conjunta de parte de los Estados Unidos e Israel. Ambos países unieron sus fuerzas para destruir las bases nucleares de Irán, bien profundas justamente para dificultar que fueran alcanzadas. Con el ataque a búnkeres nucleares de Irán con las bombas GBU-57/B se quiso evitar la carrera atómica que amedrentaba al mundo occidental. Sabido es que Irán y sus ayatolas no tendrían el menor reparo ni prurito en lanzarla a la nación de su antojo. Se ufanan de desear acabar con los valores occidentales: promotores de la libertad de ser y de expresión, del valor de la mujer en ejercicio de sus derechos, de la posibilidad de la disidencia, el permitir que la homosexualidad o toda tendencia sexista exista en las sociedades progresistas. Sistemas políticos que se basan en códigos precisos inspirados en los 10 mandamientos, donde se sembró desde la antigüedad la semilla de la humana convivencia con el prójimo en respeto y tolerancia, sin fijarse en las diferencias. A lo que los regímenes totalitarios y dictatoriales se oponen. Oprimen a sus pueblos con la idea de manejarlos a la brava y con intimidaciones, a partir del interés de doblegar a su gente.
Dirigen a su pueblo con diversas formas de manejo: la compra de conciencias, el temor a la represión, la necesidad de perpetuar los conceptos del Corán con las arbitrariedades que se le conocen y condenan y otros métodos que señalan que la libertad y la igualdad, según ellos, deben ser inexistentes y que los desobedientes tienen que ser castigados o erradicados de las masas, con asesinados que resulten ejemplarizantes para obviar que otros sigan sus pasos. Están en total desacuerdo con las ideas que han progresado e impuesto otra visión del mundo donde se le da cabida a todos. Los ayatolas o jefes de estados tiránicos y fanáticos enuncian, sin el menor reparo, que todo infiel merece la muerte. No es desconocido por la persona curiosa o inquieta, que se haya acercado a leer o estar enterada de sus doctrinas, aprende a ciencia cierta que no le perdonan a nadie ser "infiel" o de asumir la diferencia de sus conceptos. En la cultura o tradición chiita se piensa que todo aquel que no se cobije bajo el manto de sus leyes merece el paredón. Judíos y demás pueblos emancipados, que no se convierten al islam, caen en esa horrible calificación de ser ejecutados sin piedad, como se demostró el fatídico 7 de octubre del 2023.
Permanece en la memoria de muchos seres sensibles y contrarios a lo abyecto como un acto de barbarie atroz, ni siquiera imaginada por el marqués de Sade, especialista en narrarnos horrores de la condición humana. Son criterios o puntos de vista que entran en franca contradicción con la evolucionada posición de permitir que todo ser humano de la fe que sea, del color que tenga la piel o de mantener pensamientos contrarios hagan parte de una sociedad que salude la democracia. Un sistema, que sin bien no resulta perfecto, es el que más se acerca a las libertades que el mundo reclama. Vivir bajo el yugo de una sociedad que impone dictámenes de censura y despóticos propósitos no marcha a la par con la modernidad, que ha buscado la Humanidad. Ha librado luchas para conquistar el bienestar de sociedades liberales que den el lugar a cada individuo con su propia voz y destino. Y no será ahora, que los países comprometidos con los valores democráticos van a deponer sus logros.
La mirada de Ulisas, así como la de muchos corazones buenos y libres aplauden el hecho de haberle asestado un golpe a la mortífera maquinaria de Irán. Victoria que le permite al mundo un gran respiro. Ya que una bomba atómica no es un juguete ni un artefacto que se deba manipular sin conciencia y menos como una amenaza para imponer mandatos ajenos a otros o hacer del islamismo, la única verdad. En el caso de tener la bomba atómica es con el fin de disuadir a otros de entrar en guerras como lo explicaba Publio Flavio Vegecio Renato. Pero sin duda alguna, para los dirigentes fanáticos es para hacer uso y abuso de su potencia para aniquilar al otro estado o país que no comulgue con sus ideas, sin la menor consideración humana ni moral. En manos de los chiitas de seguro sería afirmar que el fin de los principios humanos defendidos estarían en flagrante peligro. La mirada de Ulisas entiende que al haber atacado y puesto fuera de servicio las centrales atómicas de Irán, el mundo de Shakespeare, de Molière, de Dante, de Cervantes, de George Washington y muchos otros países pueden dormir tranquilos. Se liberó un peligro eminente que puso a temblar a los seres más pensantes y alertas sobre una vívida realidad, que pesaba como un futuro negro para la Humanidad. Desde hoy 22 de Junio del 2025 la guerra puede descansar en paz.
