Sencillamente irresistibles

Santo presidente

Al parecer, la diputada del PSOE en Granada Paqui Santaella, concejala en Pinos Puente, ha propuesto con una meridiana objetividad, “convertir en santo “a Don Pedro Sánchez, el evangelizador, el yerno de don Sabiniano el de las saunas, el sin mancha, el que jamás comete errores, el azote de la derecha, de esa “bestia”, como la califica Montero, la ministra de los aspavientos sin fin, que se lo merienda todo todito.

Y esta muy bien planteado lo que propone ella, SANTA ELLA PAQUI, que como su nombre indica, entiende muchísimo de santidad.

A ver si cuaja la propuesta y se sube a don presidente a la máxima altura de los altares (a ser posible rozando el techo y sin ascensor), o por lo menos debería ponerse el tema en conocimiento de León xlv, para que le tenga muy en cuenta en lo de las canonizaciones, y en lo de reformar el capítulo de que solo se canoniza a los muertos, porque Pedro SANTEZ, a pesar  de su cara pelín cadavérica,  está muy vivo y avispado y preparadísimo según su criterio y el de Don Zapatero, para volver a presentarse a las elecciones del 27, y a las de 31 y a las del 35 y a las del 39 y etc. etc.

Así podría hacerlo bajo palio y en esa posición de santo sanctórum.

A la vista de tal contingencia sería muy oportuno dedicarle deVOTAMEnte  una oración, un PEDRO NUESTRO, que le rezaríamos dos o tres veces cada jornada, asomados a los balcones y aplaudiendo. ¡Se lo merece!   

EL PEDRO NUESTRO

Pedro nuestro que estas en Moncloa,
Bonificado estas por tu nombre,
¡Cuánto nos cuidas aquí en tu reino!
Cuéntanos hoy, tu mentira de cada día
Adormécenos con tu voz monótona
Inventa historias para alejarte de imputaciones
Publica en el BOE tus decretazos,
No consideres ni al Congreso ni al Senado
Vuela en el Falcon todos los cielos
No te preocupes de presupuestos.
Y hágase tu voluntad,
o convierte nuestras vidas en un infierno
Amen

Ah y no estaría mal que a tus ministros se les calificara de ángeles y arcángeles, encargados de repartir el bien y anunciar buenas nuevas y llenarnos de bienestar y felicidad (a alguno, incluso, se le ven las plumas de las alas), y a la Moncloa, “La nueva catedral de San pedro”.

Porque ahora, DON SANTEZ, es el momento de demostrar que, aunque tenga un Santos en la cárcel, puede obrar milagros, y hacer que Trump le ame, que Miley  le adore, y que Víctor Orban y Meloni quieran invitarle a pasar unos días en su casa.