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Dejar semillas al otro lado del mundo: un proyecto de salud oral que puede hacer la diferencia

En el día de hoy voy a hablar sobre el avance y continuidad de un proyecto de cooperación internacional que ya he comentado en otras oportunidades.

Hace unos días, un grupo de profesionales retomó una tarea que iniciamos juntos hace meses: mis exalumnos de la Tecnicatura en Odontoestomatología de la Universidad de Ngozi, en Burundi —hoy ya graduados— volvieron a brindar atención odontológica a los niños de 1º grado de la Escuela Primaria Ngozi 1, Burundi.

Esta acción forma parte del “Programa Piloto Comunitario de Salud Oral en niños en escuelas”, una iniciativa que comenzó en noviembre pasado, cuando viajé a Burundi como docente en el marco de un proyecto de cooperación internacional impulsado por la ONG italiana SMOM Care (SMOM progetti sviluppo odontoiatrici sanitari internazionali), que desde hace más de una década trabaja incansablemente en ese país africano.

Proyecto colaboración internacional - Foto María Ruth Agnoli
Proyecto colaboración internacional - Foto María Ruth Agnoli

Para comprender la magnitud de este proyecto, es importante contextualizar que Burundi es uno de los países más pobres del mundo, con enormes desafíos en materia de salud pública. Hasta hace poco más de diez años, apenas una decena de odontólogos ejercían en todo el país, concentrados en la capital, Bujumbura, y trabajando de forma privada. Esto dejaba sin cobertura a más de 10 millones de personas.

Gracias al trabajo sostenido de SMOM, hoy Burundi cuenta con 50 técnicos en odontoestomatología graduados, y 33 servicios de odontología funcionando en hospitales regionales. Muchos de estos profesionales fueron mis alumnos, y verlos hoy liderando iniciativas como esta es profundamente esperanzador.

Antes de avanzar es necesario explicar que es un técnico en odontoestomatología.

Se trata de un profesional capacitado para realizar intervenciones odontológicas de primer nivel, es decir, empastes, limpiezas, extracciones simples e incluso, en algunos casos, tratamientos de conducto, que son las que padece la mayoría de la población. 

La Organización Mundial de la Salud recomienda este tipo de formación en contextos con gran población viviendo en la pobreza, zonas rurales, y sin acceso a servicios de salud de calidad.

Volviendo al proyecto, aunque actualmente me encuentro en España, continúo coordinando esta iniciativa a distancia. Esto es posible gracias al compromiso y la preparación del equipo local: Gael, alumno de la 1º cohorte de la tecnicatura, del 2017, Chiara, odontóloga italiana, que se encuentra viviendo allá hace dos años, y 6 ex alumnos, técnicos recién graduados, quienes gracias a sus ganas de aprender, su vocación, su sentido de la responsabilidad, y su amor a los niños de su país continúan adelante con el proyecto.

El objetivo general del programa es ambicioso, pero claro: “reducir la prevalencia de caries en los 400 niños de primer grado de la Escuela Ngozi 1”. El proyecto tiene una duración de 24 meses y contempla cuatro operativos de abordaje territorial (cada seis meses). Actualmente estamos desarrollando la segunda sesión.

El programa incluye:

  • Formación y calibración de equipos técnicos en la toma de indicadores sanitarios que utiliza la Organización Mundial de la Salud (para que puedan ser comparables con otras poblaciones), y en la atención odontológica a través del aprendizaje de prácticas y tecnologías simplificadas de odontología. 
  • Talleres sobre promoción de educación a la salud oral y hábitos saludables dirigidos a padres, niños y docentes. 
  • Seguimiento y aplicación cada seis meses de Flúor en forma de Barniz al 2.26% a todos los 1º molares permanentes de los niños bajo programa. 
  • Topicaciones con flúor, selladores y obturaciones a través del uso de la Técnica de Restauración Atraumática.

Una vez finalizadas las cuatro sesiones, analizaremos los datos obtenidos y publicaremos los resultados. Queremos demostrar, con evidencia, lo que ya sabemos: la prevención salva vidas y reduce costos. En un país donde acceder a la atención odontológica es un privilegio, este tipo de proyectos no solo es útil, sino esencial.

Este trabajo se trata de eso, de dejar semillas al otro lado del mundo.

Sembramos conocimiento, compromiso y esperanza. Porque los proyectos de cooperación que apuestan por la formación de equipos locales son los que realmente pueden hacer la diferencia y transformar esas realidades.

In bocca al lupo querido equipo.

Si quieres saber más del proyecto, o colaborar con otros proyectos que la SMOM lleva adelante te dejo el enlace a su web: SMOM progetti sviluppo odontoiatrici sanitari internazionali.