Parece que fue hace décadas que la pandemia del COVID 19 ocurrió, ya que pronto se cumplirán cinco años en que el mundo entre otras cosas se vio obligado a: detenerse, pensar, adaptarse y unirse.
Casi cinco años en el que pudimos (o al menos debimos) darnos cuenta de lo pequeños y frágiles que somos como especie dentro del universo.
En cuanto a los sucesos de mayor impacto que ocurrieron fueron:
- El cierre prácticamente universal de las escuelas de todos los niveles.
- La recesión económica generada por las medidas de control de la pandemia.
La pandemia de COVID 19 trajo la pérdida de incontables vidas humanas y derivó en problemas de salud con los que muchos sobrevivientes quedaron. Adicionalmente, se produjo una gran crisis social y económica, ya que durante las medidas de aislamiento los comercios debieron cerrar, y un gran número de ellos no pudieron sobreponerse a ello trayendo como consecuencia la pérdida de empleos y el aumento de la pobreza.
En cuanto a la educación:
Se amplió la brecha digital, producto del aislamiento durante meses a niños, lo que tuvo un impacto social que al día de hoy aún no se logra medir, pero cuyos efectos derivaron entre otras cuestiones en: pérdidas de aprendizaje, aumento de la deserción escolar y mayor desigualdad, retraso en el habla y falta de sociabilización entre otros.
En mayo de 2021, las escuelas en 26 países continuaban cerradas, y en 55 países parcialmente abiertas, trabajando en la modalidad de burbujas con concurrencia de los niños cada 15 días y en grupos. Según la UNESCO el 90% de los niños, niñas y adolescentes en edad escolar del mundo vieron interrumpida su educación por la pandemia.
Los datos y estudios sugieren que durante años se seguirán sintiendo las consecuencias del aprendizaje que se perdió durante la pandemia.
Desde mi experiencia como profesional de la salud trabajé toda la pandemia, y mucho, fui de las primeras que se animaron dentro de la profesión de odontólogos a seguir trabajando, siguiendo los protocolos que nos impedían, entre otras cuestiones, usar la turbina, el torno (quizás el sueño de muchos).
En cuanto a la situación económica familiar fuimos privilegiados, teníamos ingresos fijos por lo que no fuimos afectados en la parte económica, ni en la escolaridad, ya que mis hijos iban a un colegio privado que rápidamente dispuso de las herramientas tecnológicas para adaptarse a la nueva realidad. Además, tampoco perdimos a ningún familiar ni amigo cercano, si bien entre los problemas que supuso el aislamiento puedo decir que no pudimos conocer a mi sobrina Amelie, que nació el 20/03/2020, hasta pasados sus 4 meses de vida cuando de a poco se iban quitando las restricciones por aislamiento.
Pero: ¿por qué esta reflexión sobre las pandemias? Si ampliamos la mirada y analizamos el contexto global actual, preocupa que se hayan recortado fondos para el tratamiento y preparación de la respuesta ante este tipo de sucesos, como pandemias o crisis globales. Por otro lado, con la asunción al gobierno de Trump en Estados Unidos, y su decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud, y que el presidente de mi país, Javier Milei, intenta replicar en Argentina (pero que es inconstitucional emitirlo por decreto, por lo que esperemos que el Congreso no lo apruebe) pueden tener un impacto aún mayor e impensado sobre la situación de salud de los ciudadanos a nivel global.
Si bien la actuación de la OMS puede ser cuestionable en algunos aspectos, y hay críticas hacia ese sector desde hace muchos años, lo que debería ocurrir es trabajar en la mejora de la institución, aumentando la transparencia y credibilidad de esta, y no quitar fondos que ponen en peligro la salud global de los ciudadanos menos favorecidos.
En mi opinión esa debería ser la forma, e ir con cuidado, ya que el impacto de este tipo de acciones puede ser mucho mayor de lo que se cree y en lugar de avanzar, retroceder.

A modo de reflexión comparto una imagen que tomé en el último viaje a Burundi, donde en el hospital que me encontraba trabajando había una sala de aislamiento para casos de viruela del mono, porque considero que es necesario reflexionar en que si bien hay enfermedades que aunque no lleguen a suelo Europeo, o lo hagan con un bajo número de casos, tenemos la responsabilidad como sociedad de prevenir, tratar y buscar la cura, ya que los afectados son vidas humanas sin importar la nacionalidad, color o creencia.
Debemos darnos cuenta de que en un mundo globalizado el contagio está a la vuelta de la esquina, una pandemia puede volver en cualquier momento.
Y con esta reflexión arrancamos la semana.